_
_
_
_
_

La fórmula de Vallejo

El central alcanza el Madrid a los 20 años con un exigente método de trabajo y una madurez personal impropia de su edad

Vallejo controla el balón con la cabeza en su presentación.
Vallejo controla el balón con la cabeza en su presentación. Emilio Naranjo (EFE)

Si hay un rasgo que caracteriza la personalidad de Jesús Vallejo es el de la normalidad. El central, presentado este viernes como nuevo jugador del Real Madrid, rompe de lleno con el prototipo de jugador joven que impera en fútbol actual. Lejos de la ostentación y la extravagancia de un entorno plagado de lujo, el aragonés muestra una madurez y una personalidad más propia de décadas pasadas y de jugadores de otra época. “Es muy prudente y muy responsable. Es una persona muy reservada, no gasta más de lo necesario y apenas sale, ni siquiera a cenar”, asegura su entorno más cercano.

Más información
Jesús Vallejo: “Pedí el dorsal de Pepe; intentaré transmitir sus valores”
Vallejo: “Los centrales también debemos dominar el remate”

Vallejo se presentó en el Bernabéu con sus padres, su abuela y su cuadrilla de amigos, los de toda la vida, como su novia María, que no pudo acudir al evento. Siempre un par de pasos por delante de los que le correspondían por edad, el central afronta a los 20 años el reto de hacerse sitio en la defensa del Madrid, en la que parte como cuarto hombre, por detrás de Ramos, Varane y Nacho. El aragonés llega para cubrir la salida de Pepe, jugador del que ha heredado sitio y también dorsal. Vallejo lucirá el 3 por decisión propia, un reto que no le asusta. “¿Presión?, se preguntó, “Ninguna. La responsabilidad es la que tú te quieras poner. Lo llevaré con mucho orgullo e intentaré transmitir sus valores”, contestó. Esta decisión es solo un ejemplo más del carácter y el carisma del zaguero, al que siendo solo un adolescente de 18 años que daba sus primeros pasos en el fútbol profesional le tocó llevar el brazalete de capitán de un club histórico como el Zaragoza. “Es muy maduro, está acostumbrado a afrontar retos muy grandes y siempre ha ido adelantando etapas”, cuenta su círculo.

Vallejo llega al Madrid dos años después de su fichaje y tras dos cesiones, una en el Zaragoza, su club de formación, y otra en el Eintracht, donde terminó de curtirse. En la Bundesliga, con 19 años, volvió a romper los pronósticos preestablecidos. “El Eintracht le dijo cuando llegó que firmase dos años de cesión porque en el primero no confiaba en que pudiese jugar mucho”, asegura su entorno. Un año después, Vallejo se marchó de Frankfurt como titular indiscutible y con 27 partidos y una final de Copa en la mochila. “Es una máquina”, decían en el club alemán después de un par de meses. Allí se juntó con el grupo de hispanos comandado por el español Omar Mascarell y el mexicano Marco Fabián y se ganó a todo el vestuario. “Es un buenazo, todo el grupo le quería un montón”, aseguran algunos de ellos, que trataron también de advertirle de la complejidad que conlleva un vestuario como el del Madrid, algo que no preocupa a su entorno. “Es muy buena persona, pero no es inocente. Es muy inteligente y siempre va de cara para todo”, aseguran.

Toda la organización y planificación que muestra Vallejo en el terreno personal lo plasma también en el profesional. Metódico y cuadriculado, dos cualidades que ha potenciado en Alemania, el central mantiene una exigente rutina diaria marcada por el fútbol y los estudios. A los entrenamientos grupales añade más de una hora de trabajo extra y una sesión de estiramientos cada noche. Además, en Frankfurt sacaba tiempo para estudiar INEF y aprender alemán con dos horas de clase diarias, algo que exigió por contrato. Sin redes sociales, algo que hasta hoy considera que no necesita, no está muy pendiente del móvil y en las horas previas de los partidos lo desconecta para evitar distracciones. “Lo deja solo para emergencias”, dice su círculo. Ahora, su llegada a un ecosistema como el Madrid podría amenazar su filosofía y su progresión. “Si no se hubiese visto preparado, no habría dado el paso. El reto es duro, pero confía en él. Va a trabajar como un cosaco para estar preparado para cuando le den una oportunidad. No le asusta nada” aseguran. Él tampoco duda: "Estoy preparado. Llego al mejor club del mundo y lo voy a dar todo". Vallejo afronta con bravura el reto más difícil.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_