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Bottas gana en el GP de Austria y Vettel aumenta su ventaja

Hamilton ataca a Ricciardo al final, pero no logra alcanzar el quinto podio. Alonso abandona en la primera vuelta tras chocar con Kvyat, y Sainz, en la 45ª con problemas mecánicos

Bottas por delante de los Ferrari
Bottas por delante de los FerrariDarko Bandic (AP)

Valtteri Bottas no se conforma con ser un piloto secundario. Desde que entró en Mercedes sustituyendo al campeón vigente, Nico Rosberg, se le tildó de sicario de un Lewis Hamilton que parecía intratable. Sin embargo, el piloto finlandés nunca se sintió ubicado en este segundo escalafón del equipo y pugnó en cada carrera por demostrar la calidad de su pilotaje. A los 27 años, ha encontrado la plenitud y cuenta con un coche capaz de darle victorias. Y en estas condiciones, Bottas sale a ganar. Lleva ya dos pole positions esta temporada y en el GP de Austria de F1 consiguió también su segunda victoria, tras haberse impuesto ya en Rusia.

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Bottas permitió a la marca alemana mostrar de nuevo la superioridad que mantiene sobre todos sus rivales, especialmente sobre Ferrari, que esta temporada ha subido un peldaño y se muestra en condiciones de disputarle la victoria a las flechas plateadas. La victoria de Bottas –quinta de Mercedes en nueve carreras- minimizó los daños que la carrera podía suponer para su compañero de equipo, Lewis Hamilton que, tras haber cambiado la caja de cambios, salió desde la octava posición y logró escalar solo hasta el cuarto lugar final. Vettel aumentó la distancia en el Mundial, pero la dejó solo en 20 puntos.

La carrera, en realidad, tuvo poca historia porque Bottas la dominó desde el principio, perseguido siempre un Vettel desbocado en la parte final, en busca de una victoria que se le escapó por seis decimas. Hamilton, por su parte, nunca se rindió. Tuvo una buena salida y atacó constantemente hasta el final de la carrera para ganar posiciones. En las últimas vueltas se acercó muy peligrosamente a Daniel Ricciardo y le tuvo incluso en zona de levantar el alerón en la vuelta final. Pero el australiano se defendió con los dientes, atacó bien en las zonas más reviradas y consiguió subir al podio por quinta vez consecutiva, la primera vez que lo consigue en su carrera deportiva.

La mala suerte de Fernando Alonso comienza a ser tan constante como el poco rendimiento del motor Honda de su McLaren. El asturiano realizó una salida espectacular, adelantando a dos coches y se encaramaba hacia posiciones de puntos, cuando el Toro Rosso de Daniil Kvyat le embistió por la rueda trasera izquierda y le desequilibró por completo. Alonso hizo un trompo y su coche salió tan perjudicado que tuvo que entrar en el taller en la primera vuelta. Sus mecánicos evaluaron los daños y decidieron que Fernando se bajara del coche y abandonara la carrera. Kvyat fue sancionado con un drive through, pero pudo continuar.

“Una pena, lo que ocurrió no estaba en nuestras manos, no podíamos controlarlo”, señaló un decepcionado Alonso. “Había recuperado dos posiciones [Sainz y Verstappen], pero en la primera curva nos tocaron por detrás [Kvyat]y arruinaron nuestra carrera. Cuando estás a mitad de grupo suelen ocurrir cosas de este tipo. Una decepción. En Hungría tendremos la nueva especificación del motor Honda y saldremos últimos. Pero nada nuevo”.

Una situación similar vivió el piloto de Red Bull, Max Verstappen, que salió mal por problemas mecánicos y sufrió luego un toque por parte de Alonso, cuando éste perdió el control de su vehículo. También el holandés tuvo que abandonar la carrera y se le vio en el pit-lane consolado por el director de la escudería, Christian Horner. En Toro Rosso las cosas tampoco funcionaron mucho mejor. Carlos Sainz estaba realizando una buena carrera y llegó a ocupar la novena posición, antes de que su coche comenzara a plantear problemas mecánicos. “¿Podemos hacer algo?”, preguntó el piloto por la radio. “Sigue adelante en la carrera”, le respondieron. El madrileño comprendió que sus opciones se habían acabado. Permaneció luchando hasta que pudo, pero en la 45ª vuelta le dijeron que entrara en boxes.

“Una carrera para olvidar”, señaló Carlos Sainz, con evidentes signos de decepción. “Tuve problemas de motor desde la vuelta uno. Nunca funcionó bien el coche. Y al final decidimos retirarnos, porque ya no había opciones. Una faena porque iba noveno y tenía posibilidades de puntuar. Hice todo lo que pude y lo demostré ya en la clasificación. Pero nos hemos debido retirar y salgo bastante decepcionado. No pude hacer más”.

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