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Doblete de Ferrari en el GP de Hungría, Alonso acaba sexto y Sainz séptimo

Hamilton cede el podio a Bottas en la última curva, tras no lograr pasar a Raikkonen

Sebastian Vettel celebra su victoria en Hungría.
Sebastian Vettel celebra su victoria en Hungría.LASZLO BALOGH (REUTERS)

El Gran Premio de Hungría de Fórmula 1 ofreció un espectáculo inimaginable. Tras concluir la primera parte de la carrera, la ventaja de los Ferrari sobre los Mercedes era enorme. Su ritmo de carrera era de largo el mejor. Pero las cosas se complicaron y la carrera acabó con Hamilton acosando a Kimi Raikkonen por la segunda posición. Sin embargo, el día acabó siendo brillante para los de Maranello, que consiguieron el segundo doblete de la temporada, tras el de Mónaco, conservando las mismas posiciones, Sebastian Vettel fue el ganador, mientras que el finlandés acabó segundo. Hamilton, en cambio, cedió el tercer puesto a Bottas una curva antes de la llegada. Fernando Alonso acabó sexto y Carlos Sainz séptimo. Vettel se anotó la cuarta victoria de la temporada y la 46ª en la F-1. La ventaja del alemán en el Mundial es ahora de 14 puntos sobre el británico.

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Los dos Ferrari realizaron una buena salida y mantuvieron sus posiciones pese al ataque de un Bottas que aguantó su tercer puesto. En cambio, la agresividad de Verstappen le llevó a tocar el pontón del coche de su compañero Daniel Ricciardo y a echarle de la pista. El australiano tuvo que abandonar. Verstappen siguió atacando, mientras que Lewis Hamilton prefirió ser algo conservador y perder posición, pero no la carrera. Los dos pilotos españoles salieron bien, especialmente Sainz, que adelantó tres posiciones hasta situarse en sexto lugar. En su camino cerró y tocó a Alonso, que mantuvo su séptima posición, gracias al abandono de Ricciardo. El incidente fue investigado pero no hubo sanción.

La primera batalla que se planteó fue entre Verstappen y Hamilton, que le estuvo presionando por la cuarta posición, hasta que el holandés entró en el taller y cumplió la sanción de 10 segundos que le había impuesto dirección de carrera por la colisión con su compañero de equipo. Sin embargo, eso ocurrió muy tarde, cuando todos los demás habían realizado ya el primer cambio de neumáticos y mantenido sus posiciones. Mientras tanto, Raikkonen se quejó abiertamente de que su compañero, Vettel, le estaba frenando. “Me están alcanzando los Mercedes”, les dijo a su equipo. En Mercedes, Hamilton atacaba a Bottas para situarse tercero y asegurarse, como mínimo el tercer lugar del podio.

Hasta que desde Mercedes le dieron la orden al finlandés de que le cediera el puesto al británico porque era bastante más rápido. Entonces surgió el último duelo de Hamilton: atacar a Raikkonen y luchar luego por la victoria. “Si Hamilton no logra pasar a Raikkonen te cederá de nuevo la posición”, le dijeron a Bottas por la radio desde el pit lane. El británico había sufrido un problema con la radio y cuando lo resolvió les dijo al equipo que hubieran podido cambiar la táctica y entrar en el taller algo más tarde.

Pero en Ferrari las cosas también se complicaron. Vettel comentó que debía inclinar un poco el volante en la recta para mantener la dirección. Le contestaron que no había problema, pero que intentara evitar los pianos. Su ritmo fue más lento que el de Kimi que, a pesar de ser más rápido, se mantuvo tranquilo en segundo lugar. Vio como Hamilton se le acercaba e incluso se situaba a menos de un segundo. Sin embargo, el británico no logró superarle. Y cumplió su palabra, en la última curva le cedió el paso a Bottas para que pudiera subirse al podio.

Por detrás, el Red Bull de Max Verstappen y a más de 60 segundos, el McLaren de un Fernando Alonso inconmensurable. El asturiano realizó una carrera impecable, hasta conseguir superar a Carlos Sainz y a Jolyon Palmer para situarse luego en sexto lugar. Una posición impensable para un equipo que sigue luchando para salir del pozo en que le metió su contrato con el motorista japonés Honda. Fue su mejor resultado del año, solo superado por la quinta posición del GP de EEUU de 2016. Sin embargo, la mejora del monoplaza parece evidente. Cuando menos han conseguido fiabilidad, algo fundamental porque permite acabar carreras. Y en un circuito sinuoso como el de Hungría, quedó patente que la aerodinámica no es el problema de la escudería británica. Sus dos pilotos lograron puntuar por primera vez desde Rusia en 2016.

Carlos Sainz también se mantuvo en los puntos desde la salida. Intentó defenderse de los ataques de Alonso, pero su Toro Rosso no le concedía excesivas posibilidades. En Hungaroring el McLaren se mostró mucho más rápido. Los seis segundos de ventaja que le endosó el asturiano eran la prueba más clara de ello.

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