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Reportaje:

El peligro viene de los Balcanes

El serbio Cavic preocupa al chico de Baltimore en los 100 metros mariposa

Diego Torres

Para Michael Phelps, el adversario por antonomasia siempre fue Ian Crocker. Este muchacho de Maine, melancólico e hipocondríaco, es el plusmarquista mundial de los 100 metros mariposa desde 2003 y, en las previsiones de Phelps, el punto culminante de su odisea pekinesa. El hecho de que domine el estilo preferido de Phelps y que, además, lo haga en la distancia más legendaria de la natación le han convertido en un obstáculo amenazador. Desde hace meses, el nadador de Baltimore ha preparado la final olímpica de los 100 mariposa no sólo pensando en derrotar a Crocker, sino en arrebatarle su inexpugnable récord de 50,49s.

Tan pendiente ha estado Phelps de Crocker que la irrupción inesperada de Milorad Cavic le ha obligado a replantearse seriamente la táctica. Cavic nadó la serie y la semifinal como un hidroavión. Hizo 50,92 segundos. El mejor tiempo de la eliminatoria. Una marca formidable. Un tiempo que hasta ayer sólo estaba al alcance de Crocker y de Phelps. Lejos de inhibirse, Cavic irradia osadía. La historia de su vida es tan sorprendente como su aparición en el centro de la escena de los Juegos. Nació en Anaheim en 1984 (un año antes que Phelps) y se formó en los exclusivos clubes del condado de Orange. Nunca dejó California. Pero se sacó el pasaporte serbio, la patria de sus padres, y abrazó la causa nacionalista. Fue expulsado de los Europeos de Eindhoven tras ganar la carrera de 100 mariposa por subir al podio luciendo una camiseta con la consigna Kosovo es Serbia.

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Cavic es un moreno largo y elocuente que ayer, tras superar a Phelps en las semifinales, se mostró lanzado. Adelantó que su táctica consistirá en aprovecharse de la falta de velocidad explosiva de su adversario: "Si hago 23,4s en el primer 50, puede que consiga abrir hueco suficiente para llegar el primero".

Además de hablar de natación, Cavic proclamó sus causas trascendentales: "Como juvenil, empecé a nadar para Estados Unidos el relevo. Conseguí buenos resultados. Pero quería competir en pruebas individuales y en 2000 aparecieron Phelps y Crocker. No hay nada como ellos en la competición. Y, si ganan oros, a nadie le importa. Lo que Phelps haga aquí en Estados Unidos será olvidado la semana que viene. En mi caso, ganar una medalla, una final, para Serbia sería distinto. Nunca me haré rico haciendo este deporte, pero, si quiero hacer algo positivo, en Serbia me lo agradecerán como en ningún lado. Tenemos talento para cualquier deporte. El famoso talento balcánico".

"¿Creéis que Phelps me tiene miedo?", preguntó, arqueando las cejas; "el que está preocupado soy yo. Me preocupa lo que no veo, lo que esconde. Yo he hecho mi mejor tiempo. No sé si podré rebajarlo otra vez. Él irá más fuerte".

Cavic tiene razón. Phelps lleva analizando esta prueba desde hace años. "La carrera de mañana [por esta madrugada] será la más importante de todas", dijo Phelps. "Una de las cosas que tendré que hacer es empezar los primeros 50 metros más rápido. Me gustaría llegar al viraje en menos de 24 segundos. Hice 24,2s en la semifinal y 24,4s en la serie. Así fui un cuerpo por detrás y cogí las olas de los contrarios. Cuando tengo que salir a la superficie y abrir el agua, se me hace muy duro pasar a través de las olas. Hasta ahora estos tipos [Crocker y Cavic] han pasado por los 50 unas cuarenta centésimas por delante. Tengo que acortar la diferencia".

Milorad Cavic, tras ganar una serie de los 100 metros mariposa.
Milorad Cavic, tras ganar una serie de los 100 metros mariposa.REUTERS

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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