Verdasco se lía
El madrileño comete la exageración de 44 errores no forzados y cae ante el holandés Haase.- Feliciano López sigue firme y alcanza la tercera ronda
En la primera ronda, contra el checo Radek Stepanek, Fernando Verdasco sobrevivió a dos sets de desventaja, levantó una bola de partido en la cuarta manga y ganó finalmente 9-7 en el último parcial. Por cuarta vez en su carrera, había remontado dos sets en contra. Hoy después de una hora y 13 minutos de juego, el holandés Robin Haase le exigía la quinta. Esta vez, sin embargo, el prodigio no se repitió. Verdasco se hizo con el tercer parcial, pero se desplomó en el cuarto y se despidió de Wimbledon en la segunda ronda (3-6, 4-6, 6-4 y 2-6), empeorando el ya decepcionante resultado de Roland Garros, donde no fue más allá de la tercera.
Verdasco no consigue invertir el rumbo a un 2011 negro para él, en el que arrancó el curso entre los 10 mejores para deslizarse hasta la posición 22. Hoy se ha enfrentado a un rival menor para su raqueta, el número 58 del mundo, que carece de las genialidades que caracterizan el tenis del madrileño, pero que se equivocó poco, se mantuvo sereno en los peloteos largos y desperdició su aliento solo al final, con dos gritos salvajes para expresar su dicha en alcanzar la tercera ronda de un grande, la segunda vez que lo consigue tras el Abierto de Australia de este curso. Verdasco, por su parte, sí que habló demasiado en las pausas del juego, inquieto fuera y dentro de la pista, donde no estuvo nada fino, coleccionó la exageración de 44 errores no forzados, erró varios paralelos y regaló al rival 11 puntos por doble faltas.
Será Feliciano López el español que acompañará Nadal en su viaje hacia la tercera ronda de la hierba de Londres, a la espera de lo que hagan mañana Ferrer, Almagro y García López. Feliciano doblegó al alemán Rainer Schuettler en cuatro mangas (6-7, 7-6, 6-2 y 6-2) en casi tres horas. El zurdo de Toledo, dos veces cuartofinalista en el grande británico (2005 y 2008), confirma las buenas sensaciones que siempre ha dejado sobre esta superficie. Sin embargo, el próximo viernes, le espera un obstáculo durísimo: el estadounidense Andy Roddick, número 10 del mundo y finalista en Wimbledon hace dos años.
