_
_
_
_
_

El partido en abierto no se discute

El Gobierno no baraja cambiar el modelo televisivo en el plan de viabilidad para el fútbol

Miguel Cardenal (c), Ángel María Villar (i), y José Luis Astiazarán durante una reunión de la junta directiva de la RFEF.
Miguel Cardenal (c), Ángel María Villar (i), y José Luis Astiazarán durante una reunión de la junta directiva de la RFEF.MONDELO (EFE)

El Consejo Superior de Deportes (CSD) baraja varias ideas para tratar de detener la sangría económica del fútbol español. Entre ellas no están ni la supresión del partido semanal televisado en abierto, ni aumentar el porcentaje que los clubes reciben de la recaudación de las quinielas, viejas demandas del sector, ni condonarles la deuda, que asciende a 752 millones de euros con Hacienda y, según se supo ayer, a 10,6 millones con la Seguridad Social. Busca medidas más imaginativas y para eso negocia ya con la Liga de Fútbol Profesional (LFP).

El objetivo del CSD es diseñar un mecanismo que permita a los clubes pagar lo que deben y, al tiempo, someterse al control necesario para que la deuda deje de crecer. Parece que el Gobierno del PP tendrá al PSOE de su lado en este esfuerzo, pues ayer el Grupo Parlamentario Socialista presentó una proposición en el Congreso reclamando una ley que mejore el control económico de los equipos. En los últimos cuatro años, la deuda de estos se ha incrementado casi un 24%: de 607 a 752 millones.

El CSD es consciente de que el problema con Hacienda se concentra en unos pocos clubes, pero también de que las dificultades económicas afectan a muchos (22 se han acogido a la Ley Concursal desde 2004 y ninguno ha terminado el proceso; ayer mismo, la LFP aprobó la propuesta de convenio presentada por el Racing), sobre todo desde que empezó la crisis y comenzaron a escasear los patrocinios y a descender la recaudación de las quinielas, especialmente en los últimos tres años. La LFP recibe el 10% de estas apuestas, pero debe destinar parte a pagar los intereses del plan de saneamiento y a la seguridad en los estadios.

Encontrar una solución no solo es una cuestión de supervivencia económica para un sector fundamental en España desde el punto de vista deportivo y sentimental. También es cuestión de imagen. Conscientes de ello, algunos clubes se apresuraron ayer a comunicar que ellos están en paz con Hacienda y la Seguridad Social. Es el caso del Madrid, líder de la Liga de la Primera División, y del Numancia, que milita en Segunda. Ambos quisieron desmarcarse de la noticia de la abultada deuda del fútbol asegurando que no tienen cuentas pendientes con estos organismos.

Las malas noticias sobre el fútbol español pueden además afectar a la venta de derechos televisivos (fuente de ingresos básicos con unos 600 millones anuales) e indignan a los rivales europeos, como ayer dejó caer Uli Hoeness, el presidente del Bayern Múnich: “Para mí, es el colmo, impensable. Pagamos cientos de millones de euros [a España] para que salga de la mierda y luego los clubes no pagan la deuda. Esto no puede ser así”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_