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“Es nuestro ADN”

Drogba, que ha marcado nueve goles en nueve finales en el Chelsea, insinúa su marcha

Didier Drogba lanza el penalti en la final
Didier Drogba lanza el penalti en la finalCHRISTOF STACHE (AFP)

Ovacionado por la prensa inglesa al comparecer ante los medios, ya en las primeras horas del domingo, Didier Drogba (Abiyán, Costa de Marfil, 1978) transmitió la serenidad de quien da por concluido su trabajo después de ocho años en el Chelsea. Sus palabras sonaron a despedida. “Hemos estado siempre tan lejos y tan cerca [de ganar la Champions: han disputado seis semifinales]. Quiero agradecer y dedicar este título a todos los jugadores y entrenadores que fueron compañeros míos en estos ocho años”.

“Cuando llegué aquí”, prosiguió, “Frank [Lampard] me enseñó lo que significa el espíritu del Chelsea. En los últimos tiempos, yo he intentando pasárselo a otros jugadores que fueron llegando. Lo que ha pasado hoy es nuestro ADN”.

Cuando llegué aquí, Lampard me enseñó lo que significa el espíritu del Chelsea. En los últimos tiempos, yo he intentando pasárselo a otros jugadores que fueron llegando

Preguntado por si este triunfo podía hacer cambiar su destino la próxima campaña, Drogba contestó: “No, no se pueden tomar decisiones en momentos emocionales como estos”. En el vestuario blue están convencidos de que Drogba volará a la Liga China después de unas merecidas vacaciones.

Después de haber dejado un sello imborrable en la final, tanto por el gol de cabeza en el minuto 88 que resucitaba al mortecino Chelsea como por haber marcado el tanto definitivo en la tanda de penaltis. El broche de oro a una carrera extraordinaria. Para alguien tan competitivo como él, capaz de marcar nueve goles en nueve finales con los blues, según le recordó un periodista africano.

Precisamente de la pasada Copa de África se acordó cuando se disponía a lanzar el quinto penalti en el Allianz Arena. En la competición africana, un fallo suyo desde los 11 metros condenó a Costa de Marfil. Esta vez no. “Me vino eso a la cabeza, sí, pero tenía confianza. Quise marcar por todos mis compañeros. Merecíamos estar aquí después de las dos grandes eliminatorias ante el Nápoles y el Barça”. Más que sus goles, Drogba remarcó una pelota que salvó en la misma línea de gol el lateral izquierdo Ashley Cole en el choque de ida contra el Nápoles. A partir de ahí todo cambió. Sobre todo porque Roberto Di Matteo ya había ocupado el banquillo y el técnico italo-suizo recuperó el espíritu del que hablaba Drogba, recuperó la memoria y el orgullo de los veteranos. El orgullo herido de muchos de ellos cuando hace cuatro años, en Moscú, perdieron la final ante el Manchester United de Cristiano Ronaldo.

Drogba ha sido, en efecto, un animal competitivo. Ya lo era cuando perdió, en 2004, la Copa de la UEFA con el Marsella ante el Valencia. Aquella noche lo marcó Ayala, una experiencia que nunca olvidaría. Claro que Drogba tuvo tiempo para tomarse muchas revanchas, y la última fue un 3-0 en la primera fase de esta Champions que expulsó al cuadro de Unai Emery de la competición. No sin antes echarle una carrera a Albelda, de su misma edad, y sacarle varios cuerpos, demostrando que, a los 34 años, Drogba sigue siendo una roca. “Congratulations, Drog [Felicidades]”, le dijo un reportero a modo de saludo. “Muchas gracias a todos”, respondió a modo de despedida.

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