_
_
_
_
_

Míchel, contra la decadencia

Lejano ya el equipo de los títulos, una plantilla muy remodelada y con Míchel a los mandos tiene como meta recuperar una identidad clara y volver a Europa

Rafael Pineda
Míchel da instrucciones durante un entrenamiento
Míchel da instrucciones durante un entrenamientoMORENATTI (DIARIO AS)

José María del Nido, el presidente, ya lo anunció en la última rueda de prensa de la pasada temporada. “El Sevilla de los títulos pasó a la historia”, afirmó el dirigente, quien anunció una reducción del presupuesto acorde a los nuevos tiempos de ajustes y una rebaja del objetivo deportivo del equipo. No será ya la meta del Sevilla un puesto en la Liga de Campeones, tal y como se plasmaba en los últimos años.

Ahora el objetivo es una plaza europea. En la plantilla se vislumbran también los nuevos tiempos. Con el adiós de Kanouté y Escudé, tan solo Palop y Jesús Navas permanecen del equipo que logró seis títulos entre 2006 y 2010. Sintomático ha resultado también que Del Nido y Monchi, director deportivo, mantuvieran en el banquillo a Míchel, un técnico que no fue capaz de detener la caída del equipo la pasada temporada, en la que finalizó en la novena plaza. Pidió una y otra vez la posibilidad de moldear un proyecto desde la pretemporada, con la misión de barrer los defectos que ya atisbó desde su llegada a Sevilla: una plantilla acomodada, poco competitiva y sin líderes con carisma.

Míchel pidió una y otra vez poder moldear un proyecto desde la pretemporada, para barrer los defectos 

Míchel se ha pasado todo el verano intentando recuperar a Reyes, uno de los futbolistas a los que desea dar protagonismo, mientras que sus peticiones para reforzar la plantilla han sido escuchadas por el club. Otra cuestión es que se haya acertado en los fichajes, jugadores desconocidos la mayoría de ellos y de los que se pretende un crecimiento en una Liga tan competitiva como la española. Son los casos de los centrocampistas Javi Hervás, el chileno Rabello y el francés Kondogbia, un internacional sub-19 francés en el que se tienen depositadas grandes esperanzas.

En la enésima búsqueda de un sustituto de garantías de Daniel Alves, Monchi ha vuelto a poner sus ojos en el mercado brasileño, de donde ha llegado Cicinho, del Palmeiras, mientras que se ha reforzado la portería con Diego López y el centro de la defensa con Botía, procedente del Sporting y adquirido con la ayuda de un fondo de inversión. Maduro, que llegó libre procedente del Valencia, está en el alambre por problemas cardiacos. Sin embargo, llama la atención que no se haya apostado por reforzar la delantera.

Hace solo año y medio, Luis Fabiano, Kanouté y Negredo eran los delanteros del Sevilla. Ahora solo resta Negredo de esa fabulosa delantera, con Babá como único recambio, un futbolista con instinto goleador, pero con muy poca experiencia en una competición exigente. Son los mimbres de los que dispone Míchel para hacer un Sevilla competitivo, al que en los últimos dos años le ha faltado un sello como colectivo, demasiado fiado a sus individualidades. Esta reconversión en un conjunto fiable es el examen que debe superar Míchel para sentar las bases de un Sevilla que vuelva a ser protagonista en el fútbol continental.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_