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Baloncesto con insomnio

El Rivas, finalista la pasada campaña, juega y gana su partido de Euroliga (84-65) contra el Uny Giör a las 00.30 por la huelga general de los empleados

Javier Galán Caballero
Un reloj muestra la hora de inicio del partido del Rivas.
Un reloj muestra la hora de inicio del partido del Rivas.CHEMA DIAZ (AS)

Acabada la huelga general de ayer, las jugadoras del Rivas saltaron a la cancha. El equipo cambió sus ocho de la tarde habituales en la Euroliga para enfrentarse y ganar (84-65) al Uny Giör, húngaro, a las 00.30 del jueves. “Tenemos entendido que los trabajadores del pabellón municipal [Cerro del Telégrafo] van a hacer huelga”, explicaba por teléfono José Luis Pérez, presidente del Rivas, el día anterior al partido; “no nos abrirían las instalaciones, y en ese caso nos darían el partido por perdido. Eso conlleva multas...”

Unos gastos que el Rivas, líder invicto de la Liga española al quinto partido, no se permite. Que se los ha evitado con trabajo diplomático. El calendario europeo se presenta en septiembre. “Entonces reservamos los billetes de avión y los hoteles”, explica el presidente. La convocatoria de la huelga, anunciada el 19 de octubre, no permitía al equipo cumplir con el plazo de un mes exigido por la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) para modificar la fecha fijada. “La FIBA nos dijo que, en ese caso, tendríamos que pagar vuelos, hotel y comidas del otro equipo. Un coste altísimo”, continúa Pérez. El Rivas, que llegaba al encuentro como cuarto de su grupo en la Euroliga (una victoria y una derrota) propuso la solución de dejar atrás la medianoche. Húngaras y FIBA aceptaron. “Llevamos 10 días rocambolescos, de correos electrónicos y faxes al Uny Giör, federaciones y árbitros”, recuerda Pérez, quien explica que el trabajo de los empleados municipales tiene un coste para el Ayuntamiento que desconoce. El responsable de las instalaciones deportivas de Rivas no contestó a la llamada de este periódico.

El cuerpo humano no está preparado para activarse en esas horas de sueño. Pero afectará a los dos equipos " Miguel Méndez, entrenador del Rivas

“No es un horario habitual, es uno absolutamente fuera de la lógica”, comentaba también por teléfono Miguel Méndez, el entrenador; “el cuerpo humano no está preparado para activarse en esas horas de sueño. Pero afectará a los dos equipos por igual”. Discrepaba la pívot del Rivas Laura Nicholls: “Nunca he jugado a esas horas: entre semana, suelo estar dormida; pero no creo que afecte en absoluto al juego”. El plan del técnico pasa por el “sentido común”, pues no ha habido experiencias similares en España: “Retrasaremos los horarios de comidas y descanso”. La solución que barruntaba Méndez pasaba por que sus jugadoras caminasen por algún parque para evitar que se quedasen paradas en casa.

Y llegar activas al parqué, espoleadas por una afición menguada. Dado el trasnoche, la entrada fue gratis. No se cobraron los siete euros habituales. “No es el descalabro de la taquilla, pero así pretendemos que por lo menos haya 40 o 50 personas”, expresaba el presidente, conocedor de los apuros del baloncesto femenino: el campeón de la pasada campaña de la Euroliga, un Ros Casares que venció al Rivas en la final, anunció dos meses más tarde su desaparición.

“No sabemos a quién favorecerá esta rareza. La ventaja de jugar ante tu público queda mermada. Las húngaras, campeonas de su Liga, tiene un potencial parecido al nuestro”, analiza Méndez antes del partido. El equipo viaja esta mañana con su equipo a Burgos para disputar a las ocho un partido de Liga contra el Ciudad de Burgos.

“Sería una sorpresa ver el pabellón lleno”, exclamaba Nicholls. Imaginar, y animar al Rivas, esta vez no ha costado nada.

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Sobre la firma

Javier Galán Caballero
Reportero en la sección de Narrativas Visuales. En el periódico también ha cubierto la actualidad en la sección de última hora y contó su vuelta al mundo en El Viajero. Es licenciado en Derecho y Periodismo y máster de Periodismo de EL PAÍS.

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