_
_
_
_
_

Isinbayeva: “Los chicos con chicas y las chicas con chicos”

La campeona mundial defiende la ley antigais rusa: “Si permitiéramos e hiciéramos todas estas cosas en las calles, temeríamos por nuestra nación”

Isinbayeva sonríe durante la rueda de prensa.
Isinbayeva sonríe durante la rueda de prensa.ALY SONG (REUTERS)

Elena Isinbayeva va por el mundo del atletismo como la diva que es. Rodeada por media docena de guardaespaldas con pinganillo, asistente personal y provocando una gran ola de expectación alrededor. Cuando se ha sentado este jueves ante los periodistas vestía el chándal de Rusia, pero había pasado por maquillaje y peluquería y su aspecto era muy diferente del que ofrece en la pista, como un bello ángel de Charlie, pero más frágil. Hasta que ha abierto la boca. Porque la estrella rusa –y de estos Mundiales, con permiso de Usain Bolt– es de ideas contundentes y así las expresa, con soltura, en inglés. Para apoyar al Gobierno ruso en la polémica ley que prohíbe las muestras públicas de afecto entre homosexuales (el viernes se retractó: "Me opongo a toda discriminación"), para condenar el dopaje e incluso para exigir, aunque en un tono suave, a su federación que apoye más al atletismo en Rusia.

“Si permitiéramos e hiciéramos todas estas cosas en las calles, temeríamos por nuestra nación”, ha dicho la campeona del mundo de pértiga cuando le han preguntado sobre la nueva ley de propaganda, aprobada por el Gobierno en junio; “los rusos nos consideramos gente normal, estándar; simplemente vivimos los chicos con chicas y las chicas con chicos. Viene de nuestra historia. Espero que este problema no arruine nuestros Juegos [de invierno] de Sochi [2014]”.

Para Isinbayeva, que esperó tranquilamente a que la presentadora del acto le diera paso leyendo un periódico ruso, la posibilidad de un boicot a los Juegos de Invierno por razones políticas, algo que han promovido algunos colectivos gais porque consideran la ley una agresión, no sería justo para los atletas. “El movimiento olímpico y este tipo de relaciones no tradicionales son cosas diferentes y no deben mezclarse”, ha asegurado Ia atleta rusa.

El movimiento olímpico y este tipo de relaciones no tradicionales son cosas diferentes y no deben mezclarse”

La diva del atletismo había querido precisar antes que no tiene nada en contra de los homosexuales: “Son sus vidas y sus decisiones. De lo que estamos en contra es del exhibicionismo en nuestro país y, en este caso, yo apoyo a nuestro Gobierno”.

Su declaración contrasta con las tímidas muestras de apoyo que algunos atletas han querido hacer aquí en Moscú a la causa gay tras la decisión de Putin. Si el primero fue el estadounidense Nick Simmonds, plata en 800, el jueves la saltadora Emma Green luchó (y consiguió) un puesto en la final con las uñas pintadas de los colores del arcoíris que identifica la lucha de los homosexuales. “Me ha parecido que era lo que tenía que hacer”, ha dicho luego a la agencia Reuters; “no diría que ha sido un acto de protesta sino más bien una declaración de principios”.

A Isinbayeva, ese gesto de la atleta sueca le ha parecido otra cosa muy distinta: “Es irrespetuoso para con nuestro país e irrespetuoso para con nuestra gente, porque somos rusos. Quizás seamos distintos de los europeos y de la gente de otras tierras. Tenemos nuestra ley, y todos deben respetarla. Cuando vamos a otros países intentamos seguir sus reglas. No intentamos imponer las nuestras allí. Intentamos ser respetuosos”.

No hemos tenido nunca estos problemas en Rusia en el pasado y no queremos tenerlos ahora”

La saltadora rusa se ha mostrado igual de contundente sobre el dopaje. “Es un gran problema, no solo para el atletismo, sino para todo el deporte. Pero todo el mundo tiene que saber que si toman algo, les cazarán y pagarán el precio”, ha dicho.

Solo la perspectiva de la maternidad ha mostrado el lado menos polémico de Isinbayeva, que tiene 31 años y ha decidido dejar las pistas para tener un bebé. Y que ha sido igual de contundente cuando le han preguntado si estará en los Juegos de Río 2016: “Mi deseo ahora es ser madre”, ha dicho con una enorme sonrisa; “pienso que es más importante que cualquier medalla. Si me encuentro bien después, volveré”.

Green, con los gays

A. I.

Los deportistas no son muy dados en general a expresar sus opiniones políticas. Por eso cuando avanzaban los días y la gran mayoría de los atletas que compiten en el Luzniki se mostraban inmunes a la polémica que rodea la nueva ley rusa que prohíbe la propaganda gay, como algo que no va con ellos, nadie se extrañó.

Pero el miércoles el estadounidense Nick Simmonds, plata en 800, mostró su apoyo abiertamente a la comunidad homosexual de Rusia y algo cambió. Hoy ha sido la saltadora Emma Green la que ha hecho algo parecido, aunque de una forma más sutil, pintándose cada uña con un color del arcoíris, que también es la bandera de la comunidad gay.

“Lo hago no tanto como una protesta sino como una declaración de principios”, ha dicho la sueca. “Estoy con ellos”. Su compatriota Moa Hjelmer, que ha corrido los 200, también se pronunció a favor de los derechos de los homosexuales.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_