La ACB se queda coja

Bilbao podrá disfrutar en agosto y septiembre de la lujosa selección de Estados Unidos con Kevin Durant y Kevin Love, pero no podrá volver a animar a su propio equipo, el Bilbao Basket. Bilbao organizará una fase de grupo del Mundial, pero no contará con un equipo en la Liga Endesa; dispondrá de un pabellón para 10.000 espectadores, pero no tendrán a quien apoyar como han venido haciéndolo durante las últimas 10 temporadas.

Son las paradojas a las que ha conducido la larga espiral de despropósitos económicos, la constante huida hacia adelante que conjugó una mala gestión y pérdidas millonarias con el espléndido rendimiento de una buena y aplicada plantilla que obtuvo destacados éxitos deportivos. Un cóctel explosivo. El club no pudo cumplir con los requisitos que marca la Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB) y acabó ocurriendo lo peor que le puede suceder a un equipo de élite: extinguirse por su negligencia en los despachos. Y de paso, manchar la imagen de la Liga Endesa y dejar la competición en 17 equipos, privada de uno de los proyectos más importantes de cuantos se han fraguado en el baloncesto español durante los últimos años.

acabó ocurriendo lo peor que le puede suceder a un equipo de élite: extinguirse por su negligencia en los despachos

Las deudas del Bilbao Basket se hicieron insostenibles. En la temporada 2012-2013 se quedó sin patrocinador. En diciembre de 2013 ya estuvo "en una situación límite", según dijo entonces su máximo accionista, Gorka Arrinda, con la necesidad imperiosa de obtener 1,5 millones de inmediato para hacer frente a los pagos tanto de las nóminas como de los proveedores. En marzo, los jugadores llegaron a iniciar una huelga indefinida, aunque, después de aceptar los pagarés del club y de que el dueño, Arrinda, traspasara sus acciones al grupo alternativo que asumió el intento de reflotar la nave, acabaron desconvocándola y a última hora comparecieron en un partido contra el Barcelona. En junio, el consejo presidido desde mayo por el exjugador Jon Davalillo informó a los accionistas de la viabilidad económica y deportiva del club, a pesar de que la deuda ascendía a más de seis millones de euros. Se buscó entonces una línea de crédito de tres millones de euros. Pero el jueves, el Bilbao se dio por vencido y emitió un comunicado en el que comunicó que no pudo realizar su inscripción para competir en la próxima Liga Endesa dentro del plazo establecido "El Consejo de Administración comunica que, después de realizadas innumerables gestiones encaminadas a conseguir la financiación necesaria para desarrollar el plan de viabilidad propuesto, no se han conseguido los resultados previstos". Ayer, la asamblea general de la ACB refrendó la decisión de no inscribir al Bilbao Basket al no haber restituido las cantidades del Fondo de Garantía Salarial —unos 200.000 euros— y tener deudas pendientes con la ACB y la plantilla deportiva que superan considerablemente el tope permitido (el 15% de la masa salarial). Seis jugadores tienen contrato en vigor con el Bilbao: Mumbrú, Grimau, Raúl López, Gabriel, Bertans y Hervelle.

En marzo los jugadores llegaron a iniciar una huelga indefinida, aunque después acabaron desconvocándola 

De esta forma, capota el proyecto de un club que se creó en 2000 y que devolvió el baloncesto a Bizkaia seis años después de que sucumbiera el Cajabilbao. La tradición, la existencia de una importante legión de seguidores y los éxitos del equipo —finalista de la Liga en 2011, participante en la Euroliga de la siguiente temporada y finalista en la Eurocup, en 2013— no han servido para consolidar el proyecto.

La asamblea de la ACB aceptó las garantías económicas que presentaron el MoraBanc Andorra y La Bruixa d'Or Manresa. El equipo andorrano consiguió el ascenso deportivo desde la Adecco Oro. El Manresa descendió pero seguirá un año más en la Liga Endesa dado que el otro equipo que había ascendido, el Ford Burgos, por segundo año consecutivo, no podrá jugar en la élite "al no haber presentado toda la documentación requerida ni abonado las cantidades estipuladas para su inscripción en la competición", según comunicó la ACB el 16 de junio. El canon estipulado por la ACB es de 3 millones de euros a fondo perdido más 1,7 del fondo de garantías y pabellones con un aforo mínimo para 5.000 espectadores.