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Florece Neymar

El brasileño lleva ocho goles marcados esta temporada y se asocia muy bien con Messi

Juan I. Irigoyen
Neymar controla el balón en el partido frente al Rayo.
Neymar controla el balón en el partido frente al Rayo. CHEMA DIAZ (DIARIO AS)

Auspiciado por el entonces presidente del Barça, Sandro Rosell, Neymar llegó a Barcelona en el verano de 2013 para refrescar al cuadro azulgrana. Y aunque su fútbol invitaba a la fantasía, la campaña pasada el crack brasileño hizo más ruido en los despachos que en el tapete. En cuestión de horas su fichaje pasó de costar 57,1 millones de euros a 86,2 y las zonas grises de su traspaso terminaron con el mandato de Rosell. Fue un año convulso para el 11, que entre lesiones —en enero estuvo casi un mes de baja por un esguince en el tobillo y en abril volvió a estar parado cerca de tres semanas por un edema en el cuarto metatarsiano de la pierna izquierda— y juzgados, su fútbol se enmudeció en el Camp Nou.

Esta temporada Neymar la empezó de nuevo en la enfermería. Llamado a ser el paladín de la canarinha en el Mundial, un rodillazo de Zúñiga en los cuartos de final le fracturó la tercera vértebra lumbar y lo dejó fuera de la Copa. Casi sin hacer pretemporada, reapareció en el Gamper y dejó claras muestras de su voluntad para este curso: movilidad, goles y una sociedad con Messi que invita a abrir los libros de historia.

Durante la campaña pasada el crack brasileño hizo más ruido en los despachos que en el tapete

Entre el brasileño y el argentino llevan anotados 15 de los 22 goles del Barcelona de Luis Enrique esta temporada. Un 68% de las dianas marcadas por el conjunto azulgrana llevan el sello de la dupla. “Tenemos muy buena relación dentro y fuera de la cancha. Es un chico fabuloso”, concede Messi sobre Neymar. El 10 le cedió cuatro de sus siete goles en la Liga al 11. “La conexión de este año, ahora que llevamos dos temporadas juntos, es mayor. Jugamos más cerca, nos buscamos más, conectamos. Es un placer compartir cancha con él porque puede llegar donde él quiera”, añade el argentino. “Se entienden bien”, interviene Luis Enrique. “Pero”, agrega el técnico asturiano; “es importante que todo el equipo se combine bien, no solo dos jugadores”.

Desde que Luis Enrique se sentó en el banquillo azulgrana, los extremos se alejan de las alas y mezclan más con Messi, ahora reconvertido en quarterback. “Es un Messi distinto, marca menos pero influye más en el juego”, explica Mathieu sobre el argentino, que lleva seis asistencias en este curso. El nuevo rol del 10, acerca a Neymar al área. El brasileño lleva ocho goles esta temporada (siete en Liga). El año pasado el exdelantero del Santos tuvo que esperar hasta febrero para cantar siete dianas. Competitivo al máximo, Neymar frunció el ceño cuando el técnico lo reemplazó en el minuto 80 frente al Rayo. “Es un jugador de una calidad incuestionable”, lo describe Luis Enrique; “tiene mucha ambición, gol y desborde. El año pasado entiendo que hizo una temporada muy buena y si este año lo puede mejorar, será fantástico. Ese es mi objetivo como técnico”. El fútbol del brasileño comienza a florecer y Messi lo sabe y lo aprovecha: “Neymar en cualquier momento puede ser el mejor del mundo”.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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