_
_
_
_
_

Suton, gloria para un superviviente

El jugador que da el triunfo al Joventut en el Palau, nació en Sarajevo de madre serbia y padre croata, e hizo carrera en Michigan, adonde emigró a causa del conflicto de los Balcanes

Robert Álvarez
Suton, abrazado por Mallet, tras su decisiva canasta en el Palau.
Suton, abrazado por Mallet, tras su decisiva canasta en el Palau.Toni Albir (EFE)

La canasta de Goran Suton a dos segundos para el final en el Palau Blaugrana no fue una canasta más. Le dio un triunfo sorprendente a su equipo, el Joventut, ante un rival al que no vencía a domicilio desde 2006. Pero tras esa canasta, tras la carrera profesional de este pívot de 29 años y 2,08 metros, subyace una epopeya vital, la de un niño de siete años que tuvo que abandonar su casa junto a su madre y su hermano para huir de las bombas que caían sobre Sarajevo, donde él había nacido en 1985, solo un año después de que se celebraran allí los Juegos Olímpicos de invierno. Con una maleta por todo equipaje, se fueron a Gornji Milanovac, una pequeña ciudad en el centro de Serbia. “Íbamos para dos semanas y estuvimos siete años”, recuerda Goran. Transcurría el año 1992. Se había desatado en toda su crudeza el conflicto de los Balcanes.

Su caso, como el de otros muchos, estaba lleno de matices. Su madre Zivana es serbia y ortodoxa; su padre Miroslav, croata y católico. Y vivían en Bosnia, adonde regresaron cuando acabó la guerra en 1995. Solo se encontraron ruinas y una situación social insufrible. Jugaban al baloncesto en el patio trasero de la casa que tenían cerca de Sarajevo. “Cuando se nos escapaba la pelota e iba a parar fuera de la casa, nuestro abuelo nos prohibía ir a buscarla por temor a que pudiera estallar una de las minas que habían dejado tras la guerra”, declaró Darijan, hermano de Goran, en un reportaje publicado por The New York Times en abril de 2009.

No fue una cuestión de baloncesto. Queríamos cambiar de vida, buscar  oportunidades para poder vivir mejor” Goran Suton

La vida se les hizo insoportable allí. Muchas personas mataban o morían a causa de la limpieza étnica que emprendieron algunos grupos. “Vi cosas horribles, gente por la calle sin piernas... Un desastre, una tragedia”, dijo Darijan. La familia trató en vano de encontrar a un primo de su padre, en paradero desconocido. Habían oído que podría haber muerto en un asesinato en masa. Acudieron a una gran carpa donde se amontonaban los huesos. “Olía tan mal que casi vomito”, señalaba Darijan. Fue la gota que colmó el vaso. Los padres de Goran y Darijan tenían familia en Estados Unidos y decidieron emigrar allí. “No fue una cuestión de baloncesto. Queríamos cambiar de vida, buscar nuevas oportunidades para poder vivir mejor”, matiza Goran.

Se establecieron en Lansing, Michigan. Él tenía 14 años, empezaba a destacar por su estatura y había jugado con la selección cadete de Bosnia, aunque su nacionalidad es croata. Poco después obtuvo la nacionalidad estadounidense. Pronto destacó en la Universidad de Michigan, donde era entrenado por Tom Izzo. En 2009, obtuvo su mayor éxito con los Spartans al llegar a la final universitaria. La perdieron contra Carolina del Norte, un equipo de estrellas que han hecho carrera en la NBA como Danny Green (San Antonio), Ty Lawson (Denver), Wayne Ellington (Lakers) y Tyler Hannsbrough (Toronto). Utah Jazz eligió a Suton en el puesto número 50 del draft. No pudo entrar en la NBA. Inició su carrera en Europa: el Spartak de San Petersburgo, el Biella italiano y el Cibona y el Cedevita croatas. Hasta que el pasado verano, el Joventut se fijó en él y lo contrató.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_