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Víctor Fernández, destituido

El Deportivo echa al técnico, que deja al equipo fuera de los puestos de descenso

El extécnico del Deportivo de la Coruña, Victor Fernández.
El extécnico del Deportivo de la Coruña, Victor Fernández.Cabalar (EFE)

Solo una concatenación de heroicidades hubiera convertido el paso de Víctor Fernández por el Deportivo en un bálsamo, malquerido como es por una afición que le convirtió en sospechoso desde que firmó el contrato, abandonado por una directiva que le ha mostrado su desconfianza con sucesivos ultimátums desde el mes de octubre y lo ha destituido tras no poder ganar al Córdoba. Le sustituirá el madrileño (exmadridista y exdeportivista) Víctor Sánchez del Amo. El técnico ya había decidido hacer las maletas antes del partido, decisión que solo comunicó a dos personas de su entorno más próximo, pero también sabía, así se lo había anunciado el presidente Tino Fernández en una breve conversación telefónica el lunes por la noche, que sería destituido si no sacaba los puntos ante el colista. Al menos este último aviso fue más explícito que alguno de los anteriores, que llegó mediante un mensaje telefónico. El club cumplió su amenaza y Víctor Fernández fue destituido tras el empate contra el Córdoba. Según As.com el nuevo técnico del Deportivo puede ser el exjugador del club Víctor Sánchez del Amo, que en su último destino fue asistente de Míchel la campaña pasada en el Olympiacos.

De vuelta a los banquillos de Primera División tras seis temporadas de ausencia apenas rotas por dos breves experiencias en el Betis y el Gent belga, el Deportivo había rescatado al técnico maño para suplir a Fernando Vázquez en abruptas circunstancias, tras una inesperada destitución apenas unas horas antes de iniciar la pretemporada. “Vengo para ser Víctor Fernández y me han fichado por eso”, anunció a su llegada. Ese sello, su apuesta por un fútbol que según él debe emocionar y agradar al espectador, era el de aquel Zaragoza campeón de la Recopa o el mejor Celta de la historia. Pero se encontró con varias losas. La primera tenía que ver con ese pasado en el eterno rival deportivista, nada extraordinario si se considera que tres de los seis entrenadores que le habían precedido (Irureta, Lotina y el propio Vázquez) tenían pasado en Balaídos e incluso el primero llegó directamente desde Vigo para hacer campeón al Deportivo.

Lo tuve complicado desde el primer momento" Víctor Fernández

Pero para Víctor el escenario no era tan propicio y tampoco se maneja con la efervescencia de Vázquez, que además cogió a un equipo que había tocado fondo. Llegaba a un equipo que acababa de ascender y que en sus dos últimas participaciones en Primera había perdido la categoría con plantillas mucho más poderosas que la que se pudo confeccionar para el presente ejercicio. “Me han explicado alguno de los objetivos del club y estoy más ilusionado si cabe”, dijo aquel 11 de julio que se presentó en Riazor. Entonces el club apuntaba a Bojan Krkic, con el que se pasó semanas negociando hasta que se decantó por el Stoke City. El siguiente objetivo fue el griego Mitroglou. Gastadas las dos balas, cautiva y desarmada, la secretaría técnica marcó el número de teléfono de Jorge Mendes sobre el límite del cierre del mercado. La Liga había empezado y el Deportivo tenía tan solo dos centrales y un delantero en nómina. Llegaron entonces el efímero Diakité, Sidnei, que firma una temporada irreprochable en la zaga, y Hélder Postiga, el supuesto punta de referencia que llevaba diez meses sin jugar y se ha perdido más de medio campeonato por una hernia discal.

“Lo tuve complicado desde el primer momento”, asume ahora en el momento del adiós. Abocado a pelear por la salvación y sin un recibimiento precisamente entusiasta por parte de la gente, Víctor Fernández se avino a trabajar con un equipo que como la mitad de los que componen el campeonato gana uno de cada cuatro partidos que disputa. Que hubiese tensiones por los marcadores resultaba bastante previsible, también la debilidad de un equipo que es el quinto con menor tope salarial disponible para pagar a sus futbolistas. En todo el vaivén el entrenador no fue capaz de mejorar al equipo, que pareció respirar cuando en el inicio de febrero sumó por primera vez dos triunfos consecutivos. De los últimos 24 puntos disputados tan solo ha sumado tres.

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Sin gol, sin que sobre talento, con un plantel conformado por bastantes futbolistas que salían de largas inactividades, sin dictado en los movimientos efectuados en el mercado de invierno, también sin ofrecer un valor añadido para sacarlo de los puestos de peligro, Víctor Fernández, abucheado por el graderío antes y después de su último partido en A Coruña, deja el club con el equipo fuera de los puestos de descenso, donde solo se ha visto tras cuatro jornadas de las treinta disputadas, la última el 6 de diciembre, justo una semana después de los sucesos de Madrid Río en los que murió un aficionado deportivista. Aquellos acontecimientos marcaron un punto de no retorno entre la directiva y un sector de la afición que ya discutía las decisiones de Tino Fernández. Creció la presión hacia unos dirigentes atinados en la conducción de una entidad muy dañada en lo económico, pero novatos y carentes de oficio en la gestión deportiva, incapaces no solo de descargar de presión a un entrenador en una posición tan precaria , sino también cómplices en perpetuar una suerte de interinidad fomentada ya desde mediados de octubre y de la que en tres oportunidades se había zafado con triunfos sobre el alambre. En la cuarta cayó. “Los ultimátums han sido una pérdida de energía brutal, un desgaste tremendo, una pelea contra todo. Viví ese infierno personalmente, tratando de aislar a los jugadores, pero lo sabían y les preguntaban continuamente por eso en las ruedas de prensa. El día a día fue más duro, pero siempre fui a trabajar con ilusión”, apunta.

Sobrecargado por tanta convulsión, hastiado por la situación de un club que atraviesa una complicada transición en la que muchas veces ha tenido la sensación de manejarse como un paracaidista que cae en mitad de un campo de batalla, el entrenador en activo que más partidos ha dirigido en Primera División se va del Deportivo, cuya directiva ha destituido en menos de un año al técnico que logró el objetivo del ascenso y al que lo mantenía en puestos de permanencia en la máxima categoría. “Estoy dentro del objetivo, pero no presumo porque la gente no está contenta. No les he emocionado, pero salgo con la cabeza alta, me voy con una paz interior que nadie me va a quitar. He visto a tíos casados y con hijos llorar en el vestuario”, relata Víctor Fernández, que se va sin reproches. “He trabajado con un grupo humano tremendo y el presidente es muy buen tío. Tiene por delante una labor que se las trae porque tiene que hacer muchas cosas para regenerar este club. Si alguien necesita cariño en el Deportivo es él”, explica. Y hace una pausa antes de concluir. “Bueno, y en segundo lugar también lo necesitaba yo”.

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