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Bebé: “Viví diez años en un orfanato y aprendí que la vida es dura”

El jugador del Rayo, que empezó muy tarde con el fútbol, se dio a conocer en un campeonato europeo de sin techo Tuvo una niñez difícil y dice que como ha pasado por todo ya nada le preocupa

Bebe, durante la entrevista.Vídeo: Luis Sevillano - Carlos Martínez
Eleonora Giovio

- ¿Habla español?

- ¿Que si habla? ¡No para de hablar!

Y sí, efectivamente, Tiago Manuel Dias Correia, conocido como Bebé (Lisboa, 25 años), es tal y como le describe Paco Jémez. Dicharachero. Sonriente y feliz. Y eso que tuvo una niñez bastante dura, vivió diez años en un orfanato en Lisboa, la casa do Gaiato. Lleva el nombre tatuado en el gemelo. En los brazos, los de su madre, abuela y bisabuela. Bebé contagia alegría y buen humor. Dicen que es tímido pero no lo parece. Es miércoles, ha terminado el entrenamiento en la ciudad deportiva del Rayo, y atiende a EL PAIS con los botines y antes de ir a ducharse. Bebé empezó muy tarde con el fútbol, se dio a conocer en el campeonato europeo de sin techo. Tenía 18 años. Al poco tiempo le fichó el Manchester United. Pero allí nunca cuajó. Ha cambiado 8 equipos en los últimos siete años. Dice que se ha alquilado una casa cerca de la ciudad deportiva para poder dormir más por las mañanas.

Pregunta. ¿Por qué le llaman Bebé?

Respuesta. Porque cuando era pequeño, mi hermanito no conseguía decir Tiago. Gritaba por ahí ¿dónde está Bebé? ¿Dónde está Bebe? Y todos empezaron a llamarme así.

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P. ¿En qué es bueno?

R. Remato bien, soy muy hábil y fuerte.

P. ¿Qué es lo que más le gusta del fútbol?

R. El disfrute. Si me quitan el fútbol me lo quitan todo. Me encanta llegar aquí por las mañanas y entrenarme.

P. ¿Lo que menos le gusta?

R. Tener que madrugar [los entrenamientos son a las 10.30]

P. ¿Cuántas veces se ha enfadado Paco Jémez con usted?

R. Muchas, porque me relajo y me distraigo. Me grita cuando pierdo la concentración, cuando no suelto el balón me amenaza con mandarme a la ducha. No le gusta que esté dándole tantos toques, quiere que llegue rápido arriba y lo suelte. Yo muchas veces me olvido porque no estoy acostumbrado.

Empecé tarde a jugar. Se fijaron en mí en el Europeo de los sin techo. Marqué 40 goles en 6 partidos"

P. ¿Qué le pide?

R. Correr, dice que con mi velocidad tengo que correr más y romper la espalda de los defensas. No le importa si caigo en fuera de juego, lo que quiere es que corra.

P. ¿Qué es lo que más le está costando?

R. Ahora mismo nada. Me costó adaptarme al principio porque Paco entrena muy fuerte y yo no estaba acostumbrado. Nunca he trabajado tanto como aquí.

P. ¿Qué es para usted el orden táctico?

R. Lo estoy aprendiendo ahora. Dónde colocarme, cuándo tengo que presionar, cómo presionar sin balón. Me lo están enseñando aquí.

P. ¿Qué es la Casa de Gaiato?

R. El orfanato en el que viví diez años. Fue algo muy importante para mí, porque allí aprendí todo lo que sé ahora. Tengo recuerdos bonitos.

P. ¿Por qué le abandonaron sus padres?

Aprendí a coser, planchar, lavar la ropa. Todo menos cocinar"

R. Mucha gente cree eso, pero no fue así. Yo crecí con mi abuela, nos crio ella. A mi hermana y mis tres hermanos. Era difícil mantener a tanta gente y como yo además no me portaba bien, para ella era aún más complicado. Tenía un tío que vivió en la Casa de Gaiato y que pensó que era una buena opción para mí, para aprender y saber lo que es la vida. Y me llevaron allí. Pero yo no siento que me abandonaron mis padres.

P. ¿Por qué se crio con su abuela?

R. Porque mis padres se divorciaron, mi madre tenía su vida y su trabajo y no tenía tiempo para criarnos. A mi padre nunca le volví a ver.

P. ¿Cómo es su abuela?

R. Se llama Ilda, es la persona que más me gusta en el mundo. Hablamos a diario. Es la primera persona a la que llamo siempre que tengo un problema.

P. ¿Cuánto estuvo en el orfanato?

R. Desde los 9 hasta los 19. Pero cuando fiché por el Vitoria Guimaraes seguí viviendo en la Casa do Gaiato. Me gustaba, no era fácil salir de allí, era como una familia para mí.

Bebé posa después de la entrevista en la ciudad deportiva del Rayo
Bebé posa después de la entrevista en la ciudad deportiva del RayoLUIS SEVILLANO (EL PAÍS)

P. ¿Cuántos eran?

R. 150.

P. ¿Qué recuerda de esa época?

R. Que jugábamos al fútbol todos los días, los estudios, los amigos. Cuando voy a Portugal, siempre me paso a verlos.

P. El padre Arsenio [el cura de Casa do Gaiato] decía que usted siempre se quejaba cuando le tocaba fregar los platos.

R. Me ponían a fregarlos cada vez que me portaba mal. Estaba solo y con un montón de platos delante. No me gustaba nada.

P. ¿Qué era portarse mal?

R. Pues éramos muchos allí y había que compartir las cosas y yo le quitaba a los demás las que me gustaban, unas zapatillas de deporte, una gorra, cosas así.

En mi primer equipo, salía por las noches… me quedaba dormido cuando el míster hablaba. Pensaba que no necesitaba trabajar porque era fuerte y regateaba"

P. ¿Qué aprendió allí?

R. A coser, planchar, lavar la ropa. Todo menos cocinar. Pero sé hacer de todo. Aprendí a ser humilde, no demasiado, pero lo justo. Aprendí que la vida es dura. Y ahora estoy preparado para todo porque he vivido lo más difícil.

P. ¿Llegó a pasar hambre y frio?

R. No. La abuela no tenía dinero para comprarme unas zapatillas de deporte, pero no me ha faltado nada.

P. ¿A su madre la ha vuelto a ver?

R. Sí. No hablaba con ella cuando estaba en el orfanato, he ido recuperando la relación con el paso del tiempo.

P. ¿Cuándo empezó a jugar al fútbol?

R. Con 14 años, antes no me gustaba. No era bueno. No me veía hábil para eso. Una vez en el orfanato me fui soltando. Allí jugaban todos todo el rato.

P. Diego Costa me dijo que como no aprendió fútbol en una escuela sino en la calle, creció pensando que soltar codazos era lo normal. ¿Usted ha notado alguna limitación?

R. Los chicos que se han formado en escuelas aprenden más tácticamente, pero el fútbol de la calle te hace más talentoso y te enseña a meter el cuerpo, a defenderte, a ser bueno en el uno contra uno. Esa es mi ventaja.

Los chicos que se han formado en escuelas aprenden más tácticamente, pero el fútbol de la calle te hace más talentoso y te enseña a meter el cuerpo, a defenderte"

P. ¿Qué compró con su primer sueldo?

R. ¡Ay, muchas cosas! En Inglaterra con 19 años ya estaba ganando bien y recuerdo que fui a comprar con un amigo y me llevó a las tiendas de Gucci y demás firmas caras. ¡No, no, eso no!, le decía. Vale, está bien, a ver cuánto aguantas, me contestó él. Y la siguiente vez fuimos directos a las tiendas caras. Me compré unas zapatillas de deporte y un montón de ropa. Los primeros meses fue difícil controlarme.

P. ¿A qué le tenía miedo de pequeño?

R. No recuerdo tenerle miedo a nada.

P. ¿Y ahora?

R. A que le hagan daño a mi familia. Me preocupo por ellos, por si le falta algo.

P. ¿Cómo se siente tan fuerte?

R. Soy así, muchos de mis amigos se quejan por todo y me preguntan: ¿y cómo puedes estar siempre tan feliz con todo lo que pasaste? A mí no me gusta transmitir mi infelicidad a los demás, cuando estoy triste, lo estoy pero solo en mi casa. Si me dejan fuera de una convocatoria, claro que estoy triste pero el mundo no se acaba. Ya pasé por tantas cosas que nada me preocupa..

P. ¿Qué le ha hecho infeliz?

R. La gente que ha sido injusta conmigo. Como cuando llegué a Manchester y no respondí las expectativas. También me hizo infeliz que allí no me valoraran.

P. En 2008 jugó el campeonato europeo de sin techo. ¿Cómo llegó allí?

R. Había que llevar a 4 chicas y 4 chicos de cada país. Le preguntaron al padre Arsenio y a Bosnia que fui. Había que entrenarse todos los días y yo no me entrenaba nunca, estaba siempre durmiendo en el banquillo porque era bueno y no necesitaba entrenarme. Contra Francia íbamos perdiendo 3-0 y el míster me dijo que entrara y resolviera el partido. Marqué 4 goles. Marqué 40 en 6 partidos. Tenía 18 años, era muy niño pero chutaba muy fuerte y regateaba. La gente empezó a fijarse en mí.

P. A su regreso le fichó el Estrela da Amadora, de Segunda B.

R. Sí. Fue mi primer equipo profesional. Jugaba allí, pero salía por las noches… me quedaba dormido cuando el míster hablaba. A esa edad pensaba que no necesitaba trabajar porque era fuerte y regateaba. Resolvía los partidos. Rescindí el contrato con ellos porque no me pagaban cuando quedaban 5 partidos para el final del campeonato. Vinieron del Vitoria Guimaraes para ficharme pero no quise ir.

P. ¿Por qué?

R. No quería salir del orfanato. Dije que sí un par de meses después.

P. ¿Por qué no quería salir del orfanato?

R. Porque tenía miedo, allí me sentía protegido, era mi familia. Iba a ir a un sitio desconocido y no sabía lo que podía encontrarme.

P. Duró tres meses con el Guimaraes.

R. Sí, lo que tardó el Manchester en ofrecerme un contrato. Yo creía que era una broma cuando me llevó el vicepresidente a casa de Jorge Mendes, allí había tres hombres del Manchester. ‘Te vas para cinco años, si quieres, claro’, me dijo Mendes.

En el Rayo me están enseñando el orden táctico, dónde colocarme, cuándo tengo que presionar"

P. ¿Qué sabía del Manchester?

R. Que era algo grande y que la semana antes lo estaba viendo por la tele. Nunca se me pasó por la cabeza que podía llegar allí y tan rápido.

P. ¿Fue todo muy rápido?

R. Sí, demasiado. Creo que tendría que haber esperado más.

P. ¿Sólo jugó 7 partidos, qué pasó?

R. Llegué allí de la Tercera División y me encontré a gente con toda la experiencia del mundo. ¿Qué voy a hacer yo aquí?, me preguntaba. Era difícil, la gente habla sin entender lo que es. Hay que estar allí para entenderlo.

P. ¿Se rindió?

R. No me rendí, pero fue difícil. Tienes que tener una adaptación anterior antes de llegar allí. Si hubiese seguido dos años más en el Guimaraes hubiese sido mejor. No tenía experiencia.

P. Ha cambiado 8 equipos en los últimos 7 años. ¿Por qué tantos?

R. Porque no me han dado las oportunidades que necesito.

P. ¿Qué le gusta de Paco Jémez?

R. Que no habla más de dos veces, si dice derecha, todos a la derecha. Le gusta ver que quieres aprender.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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