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El Barcelona se reencuentra con sus laterales

Alves y Jordi Alba resuelven sus desconexiones defensivas y recobran algunas prestaciones ofensivas antes de alcanzar el clásico

Jordi Quixano
Alves disputa el balón con Denis Suárez en el partido frente al Villarreal en el Camp Nou.
Alves disputa el balón con Denis Suárez en el partido frente al Villarreal en el Camp Nou.JOSEP LAGO

A Jordi Alba le ha costado un poco encender la motocicleta. Jugador de sprint abrasivo y resistencia física sobresaliente, no encontraba en este inicio de temporada su mejor versión, en ocasiones lento en la corrección y sobre todo desatinado en los centros. Con Alves ocurría algo similar, futbolista que se entona en la segunda vuelta, al menos en los dos últimos cursos. Sus carreras hacia atrás expresaban más pachorra que intensidad del mismo modo que sus ascensiones no tenían incidencia alguna. Aunque ahora que llega el clásico y visto su encuentro ante el Villarreal, ambos se han asentado atrás, más sobrios y eficientes atrás, y de paso algo agitadores en campo contrario por más que todavía les pueda cierto ímpetu e imprecisión.

El aficionado del Camp Nou había perdido en varios encuentros la paciencia con Alves, hasta el punto de que se reclamaba la titularidad de Sergi Roberto –carrilero ocasional ante la lesión del brasileño al inicio del curso- para resolver el agujero defensivo, sobre todo porque el 2 corría hacia delante y se enredaba hacia detrás. Un mal balance que tampoco ha sido rentable porque sus números en ataque son paupérrimos, entre otras cosas porque en esta temporada no ha dado todavía una sola asistencia de gol –en el curso anterior contó 11 pases de gol- y tampoco ha festejado uno suyo. Frente al Villarreal, sin embargo, recuperó la posición con la celeridad exigida y ató en corto a Denis Suárez, que no le ganó ni un solo uno contra uno. En ataque mejoró un poco, sobre todo porque en una jugada –centro de Neymar, mal remate de Munir y golpeo suyo desde el segundo palo- Areola le sacó un tanto que ya se celebraba en el estadio. Tuvo, además, otro remata que enfocaba hacia puerta pero que un defensor lo envió a córner. Centros al área, sin embargo, sólo se le contó uno. El menor protagonismo general de Alves en ataque, en cualquier caso, también se entiende con la ausencia de Messi.

La aportación defensiva de los laterales es capital ahora que el Barça ha recuperado la presión alta y la activación tras una pérdida

El 10 arranca desde la banda pero busca con frecuencia las diagonales para resolver desde los pasillos interiores con un pase definitivo o el remate. El hueco del costado, entonces, es para Alves. No ocurre lo mismo con Munir, que a pesar de jugar a pierna cambiada no conduce apenas el esférico hacia dentro sino que amplía el campo por la derecha. Es lógico si se atiende al juego de equilibrios del Barça. Sin Messi, es Neymar el que se mueve más por todo el frente del ataque, dejando el ala izquierda libre por momentos. Hasta que sube Alba. El catalán tampoco es que esté fino en ataque (suma una asistencia por ocho en el curso anterior y el domingo apenas ofreció dos centros al área), pero provoca superioridades en campo ajeno que libera a Neymar. Pero, sobre todo y como también explico al Villarreal, ha recuperado ese punto de velocidad y constancia porque el reto de Samu Castillejo fue grande y lo resolvió con nota.

La aportación defensiva de los laterales es capital ahora que el Barça ha recuperado la presión alta y la activación tras una pérdida. Más que nada, porque la zaga deja muchos metros a sus espaldas y es necesario que las piernas corran donde no llega la táctica. Alves y Alba recobraron la forma ante el Villarreal. Una buena noticia para medirse con Ronaldo y Bale, con el Madrid en el Bernabéu.

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