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Las Palmas no se cansa

El conjunto canario derrota a un combativo Málaga con un gol de penalti de Momo y alcanza al Barcelona en la cima de la Liga

Rafael Pineda
Momo bate a Kameni en el penalti.
Momo bate a Kameni en el penalti. Ángel Medina G. (EFE)

Es una delicia ver jugar a Las Palmas. Hay algo mágico en el fantástico toque del fútbol canario, un asunto genético que encarnan futbolistas como Roque Mesa, Momo, Tana o Vicente Gómez, que juegan de manera fantástica. Si a ese talento se le une un técnico como Quique Setién, más la garra de jugadores como El Zhar o Livaja, el resultado es un equipo protagonista del juego, que satisface el exigente paladar de los aficionados. No es casualidad lo de Las Palmas. Su clasificación, su juego, su armoniosa figura en el terreno de juego. Por más que enfrente estuviera un Málaga de buen porte, pero de escasa pegada. Juande Ramos no logra que su equipo arranque, pero es que cuando te quitan el balón y te marean no debe resultar nada sencillo exponer tus valores. El Málaga dio la cara, pero acabó derrotado por un equipo en plena forma, que con este triunfo alcanza al Barcelona y Madrid (con un partido menos) en lo más alto de la clasificación. Un gustazo para sus aficionados.

Los andaluces lo intentaron y su técnico fue muy valiente en los cambios, acumulando delanteros en busca del empate. Pudo llegar en una ocasión muy clara de Charles, pero fue la única opción con peligro del Málaga en todo el encuentro. Muy poco para rascar, al menos, un empate ante un rival fresco, enchufado y con ganas de dar guerra. Araujo, en dos ocasiones, tuvo la oportunidad de hacer el segundo gol, que le hubiera dado a Las Palmas el liderato en solitario. No llegó, pero partido a partido este equipo demuestra que no se cansa y que va muy en serio.

Los primeros 20 minutos de los canarios fueron de ensueño. Toques por todos los lados del campo, velocidad en el desborde y profundidad. Recio, muy acelerado, hizo tres faltas seguidas. Una de ellas fue un claro penalti a Momo, que el canario transformó con exquisitez. El Málaga reaccionó pasado su tiempo de penitencia. Sobre todo, aumentando la presión sobre Roque Mesa, que hasta ese momento fue una mezcla entre Guardiola y Xavi por su clarividencia a la hora de manejar el balón. Agobiado el cerebro, Las Palmas bajó el listón, lo que permitió algún que otro acercamiento de los andaluces. Un disparo de Charles y, sobre todo, un oportuno cruce de Bigas a centro de Castro dieron sensación de peligro.

Apretó el Málaga en la segunda mitad. Juande metió a toda su artillería, hasta acumular a tres delanteros natos en busca del empate: Sandro, Charles y En-Nesyri. Las Palmas se intentó defender como sabe, con el balón, y en honor a la verdad no pasó por excesivos apuros para defender su renta. Solo en una ocasión, en el minuto 82, Charles tuvo una ocasión muy clara para marcar. La oportunidad llegó después de un saque de banda al área de Rosales. El brasileño, con todo a favor, la tiró arriba. Las Palmas gozó de ocasiones para hacer el segundo, que no llegó, pero su identidad se demostró en los minutos finales. Ni un voleón, ni una falta. Mantuvo el balón con categoría y personalidad para acabar con las esperanzas de un luchador Málaga, que, sin embargo, sigue en crisis sin conocer todavía el triunfo en lo que va de Liga. No debe ser una situación preocupante. Hay técnico y jugadores para sacar adelante la situación.

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