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Escribá: “El trato amable al jugador es mejor que el látigo y el grito”

El entrenador del Villarreal habla de su evolución y la de su equipo antes de la visita al Camp Nou para enfrentarse al Barcelona

Fran Escribá.
Fran Escribá.ANGEL SANCHEZ (EL PAÍS)

Fran Escribá (Valencia, 1965) ha expandido un liderazgo tranquilo en el Villarreal. Su renovación como entrenador amarillo está aplazada hasta final de temporada. Este sábado (18.30, beIN) visita al Barça de Messi, “un jugador irrepetible”.

Pregunta. Julian Nagelsmann, el joven técnico del Hoffeinhem, afirma que no es necesario haber sido un gran futbolista para ser entrenador, aunque sí haber jugado al fútbol para entender el juego. ¿Es usted un ejemplo?

Respuesta. Coincido con eso. Creo que el haber sido jugador de fútbol, aunque no hayas sido de élite, es importante. Aparte de conocer los mecanismos del deporte, te hace saber cómo es un vestuario, te ayuda a saber sus secretos. Nunca he pensado que haber sido un jugador de élite sea una ventaja. Aunque sí ayuda en la memoria del club, y en los aficionados queda lo que fue ese hombre como jugador. Se dan casos de gente que no está preparada.

P. ¿Cuándo decide ser entrenador y dejar su trabajo de funcionario?

R. Saqué una oposición para el Ministerio de Justicia. Pero tenía claro que no era mi sitio y mi futuro. Quería entrenar.

P. ¿Sus referentes?

R. No tengo ninguno por encima de otros. Me fijo mucho en todos. Me sirven incluso los de categorías no profesionales. No soy de una escuela determinada. La parte que más me gustaría conocer de los digamos entrenadores más importantes es la que no vemos. Cómo te diriges al vestuario en el descanso, cómo diriges la charla antes de un partido, cómo lo analizas después con los jugadores. Esa parte que solo te puede llegar por referencias.

P. Fue siete años segundo de Quique Flores, en Getafe, Atlético y Valencia. ¿Cómo fue su relación?

"Sabía que un sector de la afición no iba a entender la destitución de Marcelino"

R. Tuvimos una buena relación en el tiempo que trabajamos juntos, lógicamente con el desgaste propio en cualquier relación profesional. Cuando decidí tomar mi camino lo hice con todas las consecuencias. No tengo ahora mismo ninguna relación con él.

P. En el Elche se ganó un nombre como técnico, con el ascenso a Primera y la permanencia dos años. Y en el Getafe vivió la cara amarga del fútbol con el despido.

R. El primer año en el Elche a nivel deportivo fue extraordinario, líderes de la primera hasta la última jornada, algo histórico. Los dos años en Primera fueron difíciles porque era un proyecto modesto. En el segundo vivimos una situación terrible, dejamos de cobrar. Pero los jugadores y la afición tuvieron un comportamiento ejemplar y eso hizo que consiguiésemos la salvación de manera holgada, estropeada por una mala gestión del club. En el Getafe fue distinto por ser un club asentado. Tengo claro por qué se cayó. A pesar de que me destituyeron en la jornada 32, me afectó su descenso.

P. ¿Cómo es su llegada al Villarreal?

R. Me había hecho a la idea de esperar hasta octubre o noviembre, cuando comienzan a caer compañeros, para ver si había alguna opción de entrenar en algún sitio. Y surgió de un día para otro el Villarreal. Sabía que iba a ser un inicio muy duro por todas las circunstancias. Pero nueve meses después, estoy encantado con la decisión. Reconozco que la noche que me reuní con el presidente y el consejero delegado le di muchas vueltas de si aceptaba o no. No por el club, que es ideal en todos los sentidos, pero estábamos a cinco días de una previa de Champions, con la mitad de la plantilla lesionada y el bajo estado anímico del grupo. Pensé que si empezábamos mal podía ser un año muy duro. Pero creí que podíamos pasar contra el Mónaco…

P. Al principio la afición, que no entendió el despido de Marcelino, le miró con recelo.

R. Sí. Creo que algún sector aún lo sigue teniendo y va a ser difícil de cambiar. Venía a sustituir a un entrenador que había hecho bien las cosas, no había habido ningún resultado deportivo que justificara su marcha. El presidente dio la explicación que consideró conveniente. Yo sé todas las circunstancias que llevaron a su destitución. Era difícil de entender. Asumí la situación y sabía que un sector de la afición no iba a entenderlo. Tampoco yo era un perfil de entrenador mediático. Intenté ser lo que soy: muy trabajador. A los entrenadores nos examinan todos los días.

P. ¿Va a seguir?

"Ante aquellos equipos que nos han dejado un poco la iniciativa, hemos sufrido un poco más a la contra. Frente a equipos que nos dominan nos encontramos más cómodos"

R. He tenido conversaciones con el presidente y con el consejero delegado y las dos partes estamos muy de acuerdo. No es una cosa unilateral por parte del club de no querer hablar o sacar el tema de la renovación. Yo soy el primero que dije que no quería hablar de ese tema. No quiero renovar antes, aunque unos malos resultados finales me pudieran perjudicar.

P. ¿Por qué compite mejor el Villarreal ante los grandes?

"Para mí, el partido más difícil de la temporada siempre es el Camp Nou"

R. A nivel defensivo somos más sólidos. Eso, ante equipos que te exigen más, nos ha permitido sacar todo el potencial defensivo. El Atlético no nos marcó en los dos partidos, el Sevilla tampoco, el Barça lo hizo de falta a última hora y el Madrid nos empató de córner. Por el contrario, ante aquellos equipos que nos han dejado un poco la iniciativa, hemos sufrido un poco más a la contra. Frente a equipos que nos dominan nos encontramos más cómodos. Y los que nos corren nos generan más dificultades. Debemos encontrar el equilibrio ante los equipos que por plantilla, estatus y propuesta no tienen que hacernos tanto daño.

P. Al ser el segundo equipo de la Liga con menos goles encajados (28) por detrás del Atlético, se considera que el Villarreal es defensivo y usted un técnico conservador.

R. Es injusta la percepción. El Bayern de Guardiola fue el menos goleado y no era un equipo defensivo. Creo que eso no es cierto. Lo vería así si llevásemos pocos goles a favor. Nuestros registros goleadores no son malos. Hemos conseguido un equilibrio.

P. ¿Es tan tranquilo como aparenta?

R. Sí, soy muy tranquilo. Es algo de lo que puedo presumir. Lo que se ve en un partido o entrenamiento, es lo que soy. No me he creado un personaje. Sé que hay gente que le gustaría que gritase más o que fuese histriónico. Mi carácter es el que es. Hay un límite que creo que pasarlo puede ser malo. Me gusta el trato amable con el jugador y pienso que así se extrae más rendimiento que sacando el látigo. El grito al final distorsiona el mensaje.

P. ¿Ha conseguido que el Villarreal juegue a más que al contragolpe?

R. Algo hemos cambiado. Este año tenemos distintos jugadores. Uno se imagina que con Cheryshev hubiéramos corrido más. Con Jonathan dos Santos y con Roberto Soriano uno ve más control de juego. Nos hemos adaptado a lo que tenemos. Pero es verdad que creo mucho en el equilibrio, tanto a nivel personal, en la vida, como a nivel futbolístico. Yo quería que el equipo siguiese corriendo bien y que mejorásemos en ataque posicional. Trigueros, Jonathan y Soriano han tenido más protagonismo con el balón.

P. ¿Firma el empate ante el Barça?

R. Para mí, el partido más difícil de la temporada siempre es el Camp Nou. Más complicado que en el Bernabéu, Calderón o cualquier estadio.Pero pensar en el empate es de mediocres. No los tengo en el equipo.

P. ¿Cómo ve al Barça?

R. Ha pasado unas fases en las que a nivel colectivo no ha brillado tanto. Al final, cuando tienes a unas estrellas de ese nivel, cualquiera bajada de rendimiento de cualquiera de ellos afecta negativamente a todo el grupo. Las críticas me parecen exageradas. EL Barça es un equipo extraordinario en todo y tiene posiblemente la mejor delantera del mundo. En el Bernabéu dio una lección. Messi es el mejor de la historia. Yo he sido muy maradoniano, fui muy cruyffista… Es increíble lo que veo hacer a Messi, sobre todo contra quién lo hace. El futbolista de hoy en día nada tiene que ver con el de hace 20 años o 40. Hoy son todos atletas. Ver que un futbolista es capaz de generar ese desequilibrio frente a tantos atletas es increíble. Messi es irrepetible.

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