_
_
_
_
_

'A los 20 años era un caos, ahora sé lo que quiero'

En marzo de 1999 se convirtió en el primer español que alcanzaba el liderato del tenis mundial, tras haber ganado Roland Garros y disputado la final del Masters en 1998. Desde entonces, sin embargo, Carles Moyà vivió metido en un laberinto del que ahora acaba de salir. Una lesión en la espalda de la que se derivaron otros muchos problemas físicos le impidieron dar lo mejor de sí mismo. Su clasificación descendió y los títulos cayeron sólo con cuentagotas. El mallorquín, de 26 años, fue buscando su camino hasta encontrar la estabilidad en Mallorca, junto a Joan Bosch y Jofre Porta, dos técnicos que le conocen y le dan confianza. Moyà ha ganado este año los torneos de Acapulco, Bastad, Umag y Cincinnati. Sus resultados le han catapultado de nuevo a los top ten y le han abierto la puerta del Masters por primera vez desde 1998.

'Regresar al Masters es la confirmación de que vuelvo a estar arriba. Y quiero aprovecharlo'
'Las lesiones fueron decisivas en mi bajón; hasta este año no jugué sin molestias'
Más información
Moyà da el primer triunfo a la 'Armada' al imponerse al ruso Safin

Pregunta. Por fin, otra gran temporada.

Respuesta. Excelente. Las cosas no me han ido bien en los torneos del Grand Slam, pero en el resto de torneos ha sido muy buena. Creo que he jugado con una regularidad que antes no tenía y estoy contento por ello. Además, la clasificación para el Masters ha sido el remate perfecto.

P. Casi debía soñar con regresar al Masters.

R. Es una gran satisfacción. Había estado ahí y jugué la final en 1998. Ahora, esto me parece un premio. Es la confirmación definitiva de que vuelvo a estar arriba. Y me dispongo a aprovecharlo. Quiero volver donde estaba.

P. ¿Se marca algún objetivo en Shanghai?

R. Es difícil, pero tengo la moral muy alta. Gané mi plaza en el último partido, jugando muy bien todo el torneo de París, salvando bolas de partido ante Grosjean, y luego jugando el mejor partido de mi vida en pistas cubiertas ante Agassi. Estuve al límite, a pesar de que tenía mucha presión. Mentalmente era duro. Tuve suerte, pero lo di todo. Y ahora mi temporada no depende ya de lo que haga en el Masters. No me marco objetivos, pero aspiro a todo. Voy a disfrutar, sin presión, con una gran motivación y a tope. Cuando eso ocurre puedo ser muy peligroso, pero ahí están los ocho mejores del año. Nada será fácil.

P. Recuperar el tiempo perdido le ha costado casi tres años. ¿Tanto le perjudicaron las lesiones?

R. Fueron fundamentales. Desde 1997, cuando jugué la final del Open de Australia, hasta el Open de Estados Unidos de 1999, en que sufrí la lesión en la espalda, casi siempre me había mantenido entre los 10 primeros del mundo. A partir de ahí salté de la lista y no regresé hasta este año en Cincinnati. Tal vez tampoco me habría mantenido aunque no hubiera estado lesionado, pero lo cierto es que las secuelas de la lesión de espalda me duraron más de un año. Hasta esta temporada no he comenzado a jugar sin sentir molestias y sin miedos. Eso lo condiciona todo: los partidos, los métodos de entrenamiento, todo.

P. Siempre ha dicho que para jugar bien necesita sentirse bien. ¿Es eso lo que le ha llevado a regresar a Mallorca y dejar Barcelona y a cambiar de entrenador varias veces durante estos años?

R. Ha sido una época difícil para mí porque mi clasificación cayó y me pareció que necesitaba cambiar algo. Saqué cosas positivas de cada etapa, de Perlas, de Higueras, pero lo que más necesitaba era recuperar la tranquilidad, volver a estar con mi familia, tener calma. Todo eso lo encuentro en Mallorca, y estoy rodeado de gente que me quiere y que me conoce bien.

P. Puede pensarse que con Bosch y Porta la relación es más de amistad y que la exigencia es menor que con Higueras, por ejemplo.

R. La relación es muy distinta, es cierto. Es difícil que Joan y Jofre me peguen broncas. Me hacen espabilar porque me siento más culpable cuando algo no funciona. No me lo dicen, yo mismo soy más responsable. Seguramente, esta fórmula no hubiera funcionado cuando tenía 20 años porque yo era un caos. Pero ahora sé lo que quiero. Con Higueras aprendí cosas que ahora aplico. Mis técnicos actuales me conocen bien, y eso es una ventaja. Puede que no tengan tanta experiencia, pero aparte de 1998 ésta ha sido la temporada más completa de mi carrera. La ilusión importa más que otros conceptos.

P. ¿Se siente mejor jugador que en 1998?

R. Sí. El tenis va evolucionando y no puedes quedarte estancado. Debes ir mejorando y creo que lo he hecho. Físicamente soy más fuerte; me ha ayudado contar con un quiropráctico. Aunque el mayor cambio pienso que ha sido el mental. Debía meterme de lleno en el tenis y lo he hecho. Mentalmente me siento fuerte y los resultados te dan todavía más seguridad en ti mismo.

P. ¿Cómo ha cambiado el tenis desde 1997?

R. Va evolucionando poco a poco. Es distinto, pero no tanto. Ya entonces las primeras rondas eran durísimas. Recuerdo que en Australia en 1997 eliminé a Becker en la primera ronda. Ahora hay más potencia y el circuito resulta cada vez más duro, por los viajes, los hoteles, los torneos semanales. Sería bueno reducir el número de torneos en el futuro porque el ritmo actual es inhumano. Creo que he jugado bien la segunda parte de la temporada, porque tuve que parar por problemas en el hombro y pude realizar una especie de pretemporada en medio, que me permitió descansar y reponer fuerzas.

P. Con tanta dureza no es extraño que se especule con que algunos jugadores toman estimulantes.

R. Es un asunto que desconozco. Hay casos en los que parece que haya algo más que sólo un buen físico. No es cuestión de particularizar en nadie, porque no sería justo. Pero algunos casos más que los detectados debe de haber. Aunque el dopaje no se usa en el tenis de forma generalizada ni mucho menos.

P. Sampras y Agassi enfocan el final de sus carreras y otros históricos como Becker, Rafter o Bruguera ya han dicho adiós.

R. Sí, se trata de grandes jugadores. Pero cuando comenzaron no lo eran tanto. Su adiós no será el final, tras ellos hay también grandes tenistas. Creo que Hewitt, Safin y algunos otros jugadores tienen mucho carisma.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_