"¿De dónde es el árbitro? Ya no hace falta decir más"
Schuster cuestiona la imparcialidad de Álvarez Izquierdo por ser catalán
Bernd Schuster parece encontrarse muy a gusto en la bronca, en verlo todo a contrapelo. Tiene uno de los mejores trabajos en lo suyo. El Madrid es el primero en la clasificación de la Liga y su juego le ha proporcionado varias alegrías a pesar de lo poco que se lleva de temporada. Pero el técnico alemán, que parece tener un pespunte dado en el entrecejo, se dejó llevar por su célebre espíritu peleón cuando su puesto le exigía modular la tensión que se vivía en el césped, centrar a sus jugadores en el fútbol, en los pies y no en el intestino. Y el cabreo tardó bastante en pasársele, tal y como quedó evidente en su comparecencia ante la prensa.
A la primera pregunta que se le hizo ya saltó. "Eso son cuatro preguntas", espetó cuando se le preguntaba su opinión sobre el factor que más importancia había tenido en el desarrollo del encuentro: el rival, su propio equipo o el árbitro. "Centrémonos en el equipo. No miremos más allá", respondió finalmente.
Jiménez: "No recuerdo si el Madrid tuvo alguna ocasión clara. Pudimos ganar 4-0"
"Ya vencíamos cuando Ramos fue expulsado", recuerda el técnico del Sevilla
Lo que sí tenía claro Schuster era la diferencia entre el partido de la pasada jornada, en la que el Madrid goleó y se exhibió ente el Valencia (1-5): "Hombre, un cambio de rival. Me imagino que se habrá dado cuenta. No se puede comparar al Valencia actual, con todos los problemas que tiene, con el Sevilla. Ya advertí de que nos enfrentábamos a un equipo mucho más agresivo, muy distinto". Pero el momento más agrio de su intervención llegó cuando se le preguntó por la actuación del árbitro. "¿De donde viene?", preguntó retóricamente sobre el origen catalán de Álvarez Izquierdo. "No hace falta decir más", cerró de modo áspero.
La tensión no se limitó a Schuster. Pedja Mijatovic dijo haber sido insultado en el palco mientras que el vicepresidente del Sevilla, José Castro, lo negó.
El coste de la victoria para los sevillistas fueron las lesiones de dos de sus futbolistas. Fazio pidió el cambio tras notar un pinchazo en el aductor de su pierna derecha y a Crespo le rompió el malar Diarra con un codazo y se pasará alrededor de un mes de baja.
Manolo Jiménez destacó la actitud de los suyos: "No recuerdo si el Madrid tuvo alguna ocasión clara de gol. A la par, hemos sido capaces de generar tantas ocasiones que el resultado se me antoja corto. Si llegamos a ser más contundentes, podría haber sido un 4-0 o aún mayor".
Su nuevo preparador ha cambiado el espíritu del grupo sevillista, zarandeado por todo tipo de acontecimientos desde que empezara el curso. Su explicación sobre la mejora en el ataque del conjunto andaluz refleja fielmente su concepción del club y del fútbol en general. "No se trata de alinear a más o menos delanteros, sino que se trata de una mera cuestión de actitud".
Jiménez minimizó la importancia de la expulsión de Sergio Ramos al inicio de la segunda mitad: "Siempre que expulsan a un jugador se nota, pero para entonces nosotros ya íbamos venciendo con dos goles de ventaja y dominábamos".
