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Crónica:Undécima jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Madrid sirve de medicina

El Sevilla maneja el partido desde el centro del campo frente al desorden del equipo de Schuster

El partido era dos cosas. Por lo menos. Para el Sevilla, un asunto íntimo, una diagnosis, una oportunidad de gran calibre. El Madrid vive en su certeza y la cita le ofrecía una confirmación, importante, pero no una cuestión esencial. Y esta diferencia acabó siendo determinante.

Los primeros minutos fueron de fútbol vibrante, digno, competido. Ambos conjuntos quisieron agarrar el encuentro cuanto antes y cada jugada se vivía con intensidad. Los madridistas dieron a Robinho el encargo de llevar la pelota hasta el área sevillista. A Alves le tocaba impedírselo y respondió con la mejor actuación del curso. A los cuatro minutos ya fue capaz Robinho de fabricarse un chut peligroso. Poco después, corrió la banda y puso un pase de gol a Van Nistelrooy, que sólo pudo chutar al aire, pues Dragutinovic le birló el remate.

SEVILLA 2 - REAL MADRID 0

Sevilla: Palop; Alves, Fazio (Mosquera, m. 34), Dragutinovic, Crespo (Capel, m. 40); Navas, Poulsen, Keita, Adriano; Kanouté y Luis Fabiano (Renato, m. 76). No utilizados: De Sanctis; Kone y Martí.

Real Madrid: Casillas; Ramos, Cannavaro, Metzelder, Marcelo; Guti, Diarra, Gago (Torres, m. 56), Robinho; Raúl (Balboa, m. 70) y Van Nistelrooy (Baptista, m. 80). No utilizados: Codina; Heinze, Drenthe y Saviola.

Goles: 1-0. M. 18. Gran zurdazo de Keita. 2-0. M. 20. Luis Fabiano remacha el despeje de Casillas a un tiro de Kanouté.

Árbitro: Álvarez Izquierdo. Expulsó a Sergio Ramos (m. 49)por dos amarillas y amonestó a Keita, Alves, Robinho, Dragutinovic, Raúl, Capel , Diarrá y Guti.

Unos 45.000 espectadores.

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A pesar de esto, no se puede decir que Alves fuera el peor en su duelo particular. De hecho, su participación fue fundamental en el momento en el que el Sevilla revolcó el partido. A los 18 minutos, Keita empalmó un pepinazo impresionante que sacudió al Madrid, que no se creía merecedor de ir perdiendo. A los 20, Alves se lució con un pase largo a Kanouté, que se preparó el remate con su espléndido control y remató a bocajarro. Casillas fue capaz de parar este disparo, pero Luis Fabiano empujó el rechace a la red. El segundo gol sevillista dejó muy tocado al conjunto madridista, que manifestó su despiste dejando que sus cabreos camparan a sus anchas y se metió en todos los charcos. Codazos, pisotones y patadas sustituyeron a la bella disputa precedente. Schuster no es el mejor a la hora de manejar estos momentos de adrenalina y, lejos de calmar a los suyos, se puso protestón.

Robinho se diluyó y con él las posibilidades madridistas de hacer daño. Además, una lesión le resultó bien a los anfitriones. Diarra -otro que no se pierde un follón- rompió la cara a Crespo con un codazo y Jiménez decidió sacar a Capel. La velocidad del extremo abrió otro frente a los madridistas, que definitivamente perdieron la iniciativa. La culminación del lío madridista la protagonizó Ramos, que se enciende excesivamente cuando visita el estadio sevillista. Al poco de empezar la segunda mitad, se arriesgó con una entrada a pesar de estar amonestado y el rigor del árbitro acabó con su grupo en inferioridad.

El partido entró entonces en una fase deliciosa para el Sevilla, que buscaba creerse a sí mismo de nuevo. El despliegue físico de Keita y la lucha táctica de Poulsen se impusieron en el centro del campo, un espacio que ni Diarra ni Gago supieron hacer suyo. El Sevilla estuvo a punto de matar el partido, pero Luis Fabiano desaprovechó una ocasión que le había fabricado Poulsen.

El Sevilla logró finalmente lo que buscaba. Ganar al Madrid supone un empujón anímico importante. Fortalece al nuevo entrenador y confirma que a algunos sevillistas no se les ha olvidado jugar como había parecido a veces. El regreso de Alves es con toda probabilidad la mejor noticia para Nervión.

El Madrid no sólo perdió, sino que ofreció una imagen de fragilidad mental preocupante. Encabezada además por Schuster, que, con el equipo en un momento dulce, no supo o no quiso manejar los momentos de tensión. Una actitud innecesaria. Y penalizada.

Luis Fabiano corre hacia el banderín de córner para festejar su gol, el segundo del Sevilla, mientras Kanouté intenta alcanzarle para abrazarse con él.
Luis Fabiano corre hacia el banderín de córner para festejar su gol, el segundo del Sevilla, mientras Kanouté intenta alcanzarle para abrazarse con él.AFP
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Agresión a dos policías

Dos agentes de la Policía local resultaron heridos cuando trataban de auxiliar a un conductor al que amenazaban varios aficionados violentos en una calle próxima al estadio Sánchez Pizjuán alrededor de las siete de la tarde de ayer.Los agresores, que vestían camisetas del Sevilla según el relato de un testigo, lanzaron bengalas de humo rojo para después arrojar todo tipo de objetos contra los policías, que fueron atendidos en un hospital de la ciudad. Uno de ellos ingresó en el centro clínico con un fuerte impacto en la frente por un botellazo y otro con un corte en la cara, así como con la rotura de una falange del dedo pulgar. Sus atacantes se dieron a la fuga en dirección al estadio y aún no han sido identificados.El autocar del Madrid, mientras, fue apedreado y sufrió la rotura de varias ventanas antes del encuentro.

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