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Reportaje:

"He luchado mucho por esto"

Nadal, que cayó en la semifinal de Cincinnati ante Djokovic, será el día 18 el segundo "número uno" más joven

Rafael Nadal sucederá a Roger Federer en lo más alto de la clasificación de la ATP el próximo 18 de agosto, tras caer esta madrugada en la semifinal del torneo de Cincinnati ante Novak Djokovic, que le venció en dos sets (6-1 y 7-5).

Una victoria anoche ante el serbio habría adelantado su toma de posesión al día 11. El tenista balear se habría proclamado el número uno del mundo mañana en caso de haber ganado el torneo.

"Estoy muy feliz porque he estado luchando mucho durante estos tres años para conseguir esto", dijo Nadal, que rompió 235 semanas de reinado de Federer, desde febrero de 2004. "Era feliz como número dos, pero el número uno era una meta", cerró. "A Rafa se le veía desde el principio que tenía el físico y la calidad para llegar arriba", cuenta Juan Carlos Ferrero, el segundo número uno español de la historia (2003), tras Carlos Moyà (1999), y el último tenista capaz de derrotar a Nadal. "El resto, estar entre los cinco mejores, que ya es muy difícil, depende del saber estar, de aguantar en los momentos difíciles y de no venirse abajo. Eso es lo que destacaría de él: su mentalidad y su poderío físico".

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La explosión de Nadal coincidió con el declive de Ferrero. El valenciano llegó a la final de la Copa Davis 2004 como una de las grandes estrellas del equipo. El día del sorteo se enteró de que no jugaba los partidos individuales. Le sustituyó un chico de 18 años. Nadal. España ganó la Davis a Estados Unidos. Había nacido una estrella. Para entonces, el mallorquín ya había dado síntomas de insatisfacción permanente. Era, simplemente, el chaval que se entrenaba con Carlos Moyà, su padrino. No importó. "He sido campeón en Roland Garros, finalista del Abierto de Australia y del torneo de maestros, además de número uno. ¿Te bastaría con eso?", le preguntó Moyà. "Yo no firmo nada", dicen que contestó el adolescente.

Aunque Nadal, de 22 años, niega la mayor -"¿Pero cómo le voy a decir yo eso a Carlos?"-, algo de eso sí que hubo: su carrera vuela dirigida por una ambición competitiva que le hace desear más y mejor constantemente. "El número uno es algo que él persigue desde hace mucho tiempo", razona Ferrero; "lo ha conseguido por méritos propios", continúa. "Lo que Rafa ha conseguido es muy importante para el tenis español, porque volvemos a tener el número uno. Más arriba no se puede subir. Por eso hay que relajarse y disfrutar, no meterte más presión pensando en mantener el puesto. Cuando estás ahí arriba todo el mundo te tiene mucho respeto... y se abre más distancia con los demás".

Es difícil que Nadal se convierta en un campeón aislado de la realidad. La carrera del tenista al que ha desbancado habla de la importancia de su éxito: Federer ha ganado 12 grandes, y este año, en el que tanto se le ha criticado, ha llegado a las finales de Roland Garros y Wimbledon. Pudo ser el curso de su consagración como el mejor tenista de todos los tiempos. Y sólo consiguió evitarlo un jugador, Nadal, el segundo número uno más joven de la historia tras el australiano Hewitt, que lo logró con 20 años. El español ha necesitado ganar una treintena de partidos seguidos, cinco torneos consecutivos, y encuentros sobre tierra, hierba y cemento. Nadal tuvo opciones matemáticas de alcanzar la cabeza en el Abierto de Australia y en Wimbledon. Siempre, sin embargo, dependió de los resultados de Federer, que le cerró el camino llegando a las semifinales y la final, respectivamente. En medio, Nadal estuvo a un partido de perder el número dos en dos ocasiones.

"Rafa", reflexionó Federer al llegar a Cincinnati; "se merece todo el crédito del mundo, porque lo primero que tuvo que hacer fue defender su número dos contra Djokovic. Desde entonces ha entrado en una racha ganadora". Djokovic jugó dos partidos contra el español que valían el puesto del mallorquín -semifinales de Hamburgo y Roland Garros-. Perdió ambos. La pasada madrugada Nadal le esperaba de nuevo en semifinales. Esta vez ya como mejor jugador del mundo.

Nadal celebra su victoria ante Lapentti, que le convirtió en el mejor tenista mundial.
Nadal celebra su victoria ante Lapentti, que le convirtió en el mejor tenista mundial.EFE

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