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Reportaje:FÚTBOL | Séptima jornada de Liga

La reinvención de El Guaje

Villa regresa a El Molinón con el Barça como un futbolista distinto, universal

"¡Bon dia!", saluda Villa a sus compañeros al llegar al Camp Nou después de dejar a Zaida y Olaya en el colegio. Los que le conocían de la selección española no dudaban de que su adaptación iba a ser fácil dentro del camerino del Barcelona, pero quedaba una incógnita por despejar en el césped. Acostumbrado a ser punto final del equipo, referente atacante en el Sporting, el Zaragoza y, por supuesto, en el Valencia, en el que llegó a igualar los 28 goles del argentino Kempes en una temporada, estaba por ver si El Guaje, bota de plata y balón de bronce en la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010, sería capaz de encontrar su sitio en el complejo sistema de juego azulgrana y aprendería a vivir al servicio de Messi. Y resulta que Villa se ha reinventado con Messi y ahora con Cesc. En su primer curso marcó 23 goles en 52 partidos y en el actual suma cinco en cinco. Hoy vuelve a casa, a El Molinón (20.00, Canal +), convertido en un futbolista distinto, más universal que el que creció en la escuela de Mareo.

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"Todavía me reconozco en el jugador que fui antes del Barça. Aunque es verdad que he cambiado la manera de jugar, sigo teniendo una única intención: ayudar a mis compañeros. Trato de ser útil haciendo lo que me pide el entrenador", sostiene Villa, al que no se le han caído los anillos por ponerse al servicio de Messi. Ya le avisó Txiki Begiristain cuando fue a buscarle a Valencia: "Si tratas de competir con Messi, perderás siempre". "Nadie se puede comparar con Messi. Los demás nos movemos a su alrededor, encantados y felices de que juegue con nuestra camiseta", diced el asturiano.

No le costó nada a Villa prescindir de su gloria personal: "Es lo que he hecho toda mi vida. Siempre he intentado ayudar al equipo y no pensar en mí individualmente". La función del delantero barcelonista ha dejado de ser solo meter goles. " El trabajo en el equipo no se basa en eso", sostiene, consciente de lo mucho que trabajan en el conjunto de Pep Guardiola los extremos. En ese sentido, reconoce haberse fijado en Pedro -"aprendí mucho viéndole porque sus movimientos son perfectos"-, pero no ignora la ayuda que ha tenido en Abidal: "Me habla mucho para corregir mi posesión. Me ayuda tenerle a mi espalda". La presión es uno de los aspectos que más ha tenido que mejorar El Guaje, que no ha perdido ni capacidad de desmarque ni instinto ante la portería.

Si se comparan los números de Villa en su última temporada en el Valencia con los de la presente campaña en el Barça, hay detalles que sustentan su evolución. De entrada, no juega tanto (32 partidos, 31 como titular en el Valencia, por dos de cinco en el Barça), aunque tampoco le preocupa: "Dieciséis jugadores de esta plantilla han sido titulares toda su vida, pero solo pueden jugar 11". Antes rebañaba una pelota cada 177 minutos y ahora cada 102; de blanco dio un pase cada 3m 48s y de azulgrana uno cada 2m 24s y, aunque antes remataba una vez cada 21 minutos y ahora una cada 23, parece disfrutar jugando en el Barça pese a que, aparentemente, haya perdido protagonismo.

No hay más estrella que Messi, pero Villa ha aprendido a brillar a su lado. "No me extraña", dice Xavi; "es una cuestión de humildad y es humilde". Humilde y fiable, bien que lo saben en El Molinón. El Guaje ha marcado seis tantos en sus seis partidos contra el Sporting. Hoy es un jugador más selectivo y aparentemente menos pichichi. Más que sus rachas, se recuerdan sus tantos, como el que marcó al Manchester United en la final de la Copa de Europa o al Madrid en la Supercopa. Y también se valoran sus movimientos y su capacidad de leer la alineación. "Nos da lo que no nos proporciona ningún otro", corrobora Guardiola. Tira bien el desmarque, se asocia, cada vez cae menos en el fuera de juego porque se sincroniza mejor con los medios y zagueros y aprieta sin parar. El miércoles, en Minsk, apenas tuvo tiempo de lamentarse de un remate que se le escapó por poco al final del partido: Thiago siguió la jugada después del saque del portero, presionó y consiguió que Villa se enchufara inmediatamente y marcara el 5-0.

"El Sporting se defiende muy bien, con mucha gente y tapando por dentro", argumenta Guardiola; "siempre nos costó mucho atacarle y meterle goles. Los marcadores suelen ser apretados". La condición de colista no concede margen al equipo de Manuel Preciado, buen amigo de Guardiola. "No le van a echar", afirma este; "si alguien puede ayudar al Sporting es Preciado. Le ha salvado cada año". Villa piensa seguramente como Guardiola. Ambos, sin embargo, aspiran a ganar en Gijón después de empatar en San Sebastián y Valencia. Villa ya no solo mete goles. También los genera.

Villa canta un gol marcado al Milan en la Liga de Campeones.
Villa canta un gol marcado al Milan en la Liga de Campeones.JASPER JUINEN (GETTY)

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