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Europa reta a España en el regreso de la Champions

La máxima competición, con cinco títulos españoles de los últimos diez, vuelve con unos octavos con mayoría de aspirantes de la Liga

José Sámano
Los jugadores del Real Madrid celebran la undécima en el estadio de San Siro en mayo de 2016.
Los jugadores del Real Madrid celebran la undécima en el estadio de San Siro en mayo de 2016.CIAMBELLI (SIPA / Cordon Press)

La Liga de Campeones es al fútbol lo que la madre al cordero. No hay torneo anual que amplifique su impacto, máxime cuando, al revés que en la fase de grupos, llegan las eliminatorias y ya nada es sobrante, no quedan apenas teloneros. Como prueba, los octavos que arrancan esta semana, con la Liga española midiéndose a las otras cuatro mejores de Europa. Real Madrid, Barça y Atlético llegan con ciertas pesadumbres, con claroscuros, y el Sevilla, el valor más seguro en la Liga Europa, debe afrontar un escalón muy superior como es la Champions. Con todo, no hay competición más fetiche para el Madrid, que junto al Barça han conquistado cinco de las últimas diez. Y también es la competición que ha puesto al Atlético en la primera pasarela continental con sus dos finales en las tres ediciones precedentes.

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El poder de los clubes españoles en el concierto europeo es incuestionable. Solo la Liga ha clasificado a cuatro equipos para los octavos. Tampoco es una cuestión menor la regularidad de Real Madrid y Barça. Junto al Bayern son los únicos tres conjuntos de los últimos diez ganadores que han tomado la salida en la presente cita: Milan e Inter –representantes de la única ciudad con dos campeones–, United y Chelsea ni siquiera estuvieron en la parrilla.

Hay datos elocuentes que subrayan la exigencia del torneo en sus 61 ediciones. De los 486 participantes solo 22 han cantado bingo (el 4,5%) y apenas doce equipos han ganado más de un título (2,5%). Además, el éxito se ha limitado a diez “países” (separada la docena de títulos ingleses del logrado por el Celtic escocés). Tal es la histórica pujanza de la Copa de Europa en cualquiera de sus formatos, que capitales como París, Roma, Berlín, Bruselas o Moscú jamás han podido festejar una “orejona”. Y Londres tuvo que esperar hasta 2012 con el Chelsea.

El cartel de estos octavos no es menor, ni mucho menos. Resisten siete campeones y cuatro finalistas. Ni una cosa ni otra ha sido el PSG, primer rival de los españoles. Con Unai Emery al frente, un experto en los tránsitos por la Europa League, espera mañana al Barça en París. En la capital francesa las presiones se han multiplicado desde 2011, cuando Qatar Investment Authority tomó el control de la entidad con idea de lanzar al PSG al gran trono europeo. Por ahora, no lo ha conseguido y, para colmo, este curso ni si quiera lidera la Liga gala.

El cartel de estos octavos no es menor, ni mucho menos. Resisten siete campeones y cuatro finalistas.

Con el refuerzo invernal de Draxler, Emery ha mejorado un cesto en el que ya destacaban jugadores de altos vuelos como Thiago Silva, Verratti, Di María y Cavani. El entrenador español, tenaz y puntilloso como es, parece haber logrado enfilar al equipo en las últimas semanas, pero en París hay prisas hasta cuando hay que retarse con Messi y los suyos. Las urgencias catarís marcan al PSG.

Todo lo contrario ocurre en Nápoles, adversario del Madrid en el Bernabéu este miércoles. Bajo la tutela del entrenador Maurizio Sarri ha vuelto el apogeo a San Paolo, donde la gente disfruta como nunca desde los tiempos de Maradona. Aunque lejos del Juventus, que gobierna el calcio con puño de hierro, el Nápoles se ha instalado en la zona alta del fútbol italiano con un equipo versátil, dinámico y atractivo. Alrededor de Reina, Albiol y Callejón, Sarri ha dado pista a gente como Insigne, Mertens y Hamsik, que han mejorado notablemente sus prestaciones. Con ello, el Nápoles ataca mejor de lo que defiende y, como ya ha dejado caer su técnico, de su valentía en Chamartín dependerá en gran parte la eliminatoria. No le falta razón a Sarri, no han sido pocos los equipos –novatos y hasta veteranos– a los que se les viene encima el eco histórico del Bernabéu.

Las amenazas de Atlético y Sevilla

Para la próxima semana quedan los retos de Atlético y Sevilla, con Leverkusen y Leicester, respectivamente. Los alemanes de Roger Schmidt tampoco navegan con suficiencia por la Bundesliga, pero mantienen en alerta al grupo de Simeone, al que angustiaron de lo lindo en 2015. Solo una tanda de penaltis en el Calderón permitió el acceso a cuartos a los colchoneros. Poco ha cambiado el Leverkusen desde entonces, donde Chicharito va por rachas, lo mismo que el equipo.

Si extraordinaria fue la hazaña del Leicester en la Premier, no lo es menos su desplome de este curso.

Para atípico lo del Leicester, donde aún se frotan los ojos tras ganar una Premier con la que no soñaron jamás y avanzar ahora en la Liga de Campeones hasta los octavos. Si extraordinaria fue su hazaña, no lo es menos su desplome en el campeonato doméstico, de vuelta a la realidad y flirteando con el descenso. No es un caso singular. La Champions pasa factura a quien no está familiarizado. Basta con recordar los descensos de Villarreal y Celta cuando debieron alternar ambas competiciones. O rebobinar a los casos de Mallorca, Real Sociedad y Betis, que no bajaron por un dedo.

La Liga de Campeones apremia y distrae. Por algo tiene la enjundia que tiene y ha sido el hilo conductor de los mayores relatos del fútbol mundial, con el Madrid, defensor del título, al frente y Sergio Ramos a la cabeza de las últimas gestas. Con el Real como gobernador absoluto del torneo, el Barça narrado por la chistera de Messi, el Atlético en combustión de Simeone y el emergente Sevilla de Sampaoli, de nuevo Europa se mide a la Liga española, defensora de 16 títulos, diez de ellos sin necesidad de remontarse al paleolítico del torneo.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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