miércoles, 25 julio 2012
Actualizado 20:43 CET


Historia

Los duelos de los tableros

Por Faustino Sáez

Belov conquista Múnich

En uno de los partidos más controvertidos de la historia del baloncesto internacional, Estados Unidos perdió en 1972 el primer encuentro de su historia en las competiciones olímpicas, terminando con una racha, desde 1936, de 63 victorias consecutivas y 7 medallas de oro. La URSS cambió la historia y Sergei Belov, el mejor del torneo, se convirtió en leyenda tras un final con intriga y polémica.

Estados Unidos fue todo el partido a remolque de la URSS, pero logró ajustar el marcador hasta el 49-48 con un lanzamiento en suspensión de Jim Forbes a falta de 40 segundos. Los soviéticos agotaron la posesión hasta los 10 segundos pero McMillen taponó el intento de canasta de Belov. Collins se lanzó entonces hacia la canasta rival y su intento de bandeja fue cortado con una falta a tres segundos para el final del partido. Fueron los tres segundos más largos de la historia del baloncesto. Collins anotó los dos tiros libres poniendo uno arriba a su equipo (49-50) a falta de los 3 segundos finales, pero durante su segundo lanzamiento sonó la bocina de la mesa. A partir de ahí, el caos.

Los soviéticos sacaron de fondo y fallaron el lanzamiento desatando la celebración estadounidense. Pero uno de los colegiados había hecho sonar el silbato deteniendo la jugada, con un segundo por jugar, tras escuchar una bocina y ver alboroto en la mesa de anotadores. Los soviéticos argumentaron que habían solicitado tiempo muerto antes de los tiros libres de Collins. En un movimiento sin precedentes en la historia del baloncesto, R. William Jones, Secretario General de la FIBA, bajó del palco de autoridades hacia la mesa de anotación y ordenó que se colocase de nuevo el reloj a tres segundos y se repitiese desde ese punto. En la reanudación, Belov se convirtió en el héroe con la canasta que valió el oro olímpico (51-50).

Moscú 1980. Yugoslavia descubre el oro

Tras ganar tres europeos seguidos en los años 70, Yugoslavia puso en valor un nuevo baloncesto más rápido y técnico, alejado del físico que promulgaban los países del Este y la escuela estadounidense. Yugoslavia llegó a la final en Moscú con un dominio abrumador. Tras la renuncia de EE UU por motivos políticos, su único oponente posible era la URSS, a la que se enfrentaron en primera ronda. Ganaron los yugoslavos en la prórroga con 24 puntos de Dalipagic y otros tantos de Kikanovic.

Se esperaba un nuevo enfrentamiento con la URSS en la final, pero de la mano de un increíble Meneghin, Italia derrotó 87-85 a los rusos y se presentó en el duelo por el oro. Venció Yugoslavia por 86-77 con 22 puntos de Kikanovic, 20 de Delibasic y 18 de Dalipagic.

España llega a la luna

Los Ángeles fue el escenario de la primera gran gesta del baloncesto español, la que le dio la medalla de plata en aquellos Juegos Olímpicos. La generación de Epi, Fernando Martín, Corbalán, Romay, Jiménez, Sibilio... tumbó a la inabordable Yugoslavia en semifinales (74-61) y se presentó en la final poniendo un pie en la luna. El 10 de agosto de 1984, en el Fórum de Inglewood, los chicos de Díaz Miguel cayeron frente a la superpotencia estadounidense dirigida por Bobby Knigth y formada por jugadores que en los años siguientes se convertirían en grandes estrellas de la NBA: Michael Jordan, Patrick Ewing, Chris Mullin, Alvin Robertson y Sam Perkins, entre otros, pero la gesta ya estaba lograda.

La URSS y Yugoslavia rompen la hegemonía estadounidense

Estados Unidos sufrió la segunda afrenta de su currículo en Seúl. El poderío de los gigantes soviéticos y el talento desbordante de una generación yugoslava irrepetible alteraron la jerarquía de la canasta en un choque de potencias. La URSS de Sabonis, Marciulionis, Homicius, Belostenny y Tikhonenko derrotó en semifinales a los norteamericanos (82-76), abocándoles a la medalla de bronce. En la final se presentó la pujante Yugoslavia. Serían campeones del mundo en 1990 y de Europa en 1989 y 1991, pero ya en 1988 presumían de mantener la hegemonía en el baloncesto mundial. El talento de Petrovic, Kukoc, Paspalj, Radja, Divac, Savic, Perasovic, Djorjevic o Danilovic unido a la veteranía de Cutura y Obradovic anunciaba el comienzo de un poder hegemónico. Pero primero se toparon con las torres soviética (76-63 en la final) y después la guerra les borró del mapa.

El 'Dream Team' asombra al mundo

Michael Jordan, Larry Bird, Magic Johnson, Patrick Ewing, Karl Malone, David Robinson, Scottie Pippen, Chris Mullin, John Stockton, Clyde Drexler, Charles Barkley y Christian Laettner (único universitario, dos veces campeón con Duke y jugador del año en aquel 1992) formaron el mejor elenco de la historia del baloncesto. Durante 15 días asombraron al mundo con florituras filigranas y malabares. Sus rivales se rendían a la magia hipnótica de un equipo de leyenda que incorporó el baloncesto a las bellas artes. Bailando camino del oro, ganaron sus partidos por una diferencia media de 44 puntos y con un promedio de 117 puntos a favor.

El mejor partido de la historia

España cerró los Juegos con una actuación memorable. Dirigidos por Aíto García Reneses y liderados una vez más por Pau Gasol, los españoles fueron capaces de llevar al límite al segundo mejor equipo de la historia, tras el Dream Team de Barcelona 1992. El resultado final (118-107) reflejó la altura de un duelo de quilates. Los 22 puntos de Rudy Fernández, los 21 de Pau y la vertiginosa dirección de Ricky, hicieron necesaria la aparición estelar de Kobe Bryant para que las megaestrellas estadounidenses de la NBA atajaran la rebelión española. 24 años antes, en Los Ángeles, un equipo no profesional dejó a España a 31 puntos de diferencia (96-65). En Pekín la distancia se redujo de forma notable en el marcador y, sobre todo, en la pista. El sueño estuvo a unos pasos.



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