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La hierba hechiza a Ferrer

El español suma ante Del Potro su primer triunfo en césped contra un ‘top 10’, alcanza por primera vez los cuartos en Londres y firma sus mejores estadísticas con el saque

Juan José Mateo
Ferrer, durante el partido ante Del Potro
Ferrer, durante el partido ante Del PotroClive Brunskill (Getty Images)

Es David Ferrer hechizado por la hierba de Wimbledon. Llueve en Londres y truenan los tiros del argentino Juan Martín del Potro bajo el techo cerrado de la catedral del tenis. Durante el juego inaugural, el español defiende cuatro bolas de break en contra. Son nueve minutos agónicos, segundos infinitos en los que la pelota quema y la hierba arde. Saque a saque, Ferrer va limando diferencias, cavando su trinchera y pasando al ataque. Este no es el especialista de la arcilla. Este no es el competidor que ama la tierra por encima de todas las cosas. Este es un tenista que en 2012 suma ya nueve victorias seguidas en césped, un título (s’Hertogenbosch) y que logra su primera victoria sobre hierba contra otro de los 10 mejores tenistas del planeta: el número nueve se inclina 3-6, 2-6 y 3-6, hecho jirones su saque por los restos del alicantino, convertido en un guiñapo su juego por la agresividad del número cinco del mundo. Tremendo.

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“La hierba”, explica luego Ferrer, tras Rafael Nadal y Juan Carlos Ferrero el tercer español que alcanza los cuartos en todos los grandes, “me beneficia en el saque”. “Aquí, cuando sacas un buen primero, llevas las de ganar. Con el primer golpe, tirando un poco es difícil que te defiendan. Luego, el resto es mi mejor arma en césped”.

Ferrer es el tenista de menos estatura en el top 10. Con apenas 1,75 metros carece de las palancas que propulsan las bombas de sus rivales. Sorprendentemente, el español ha encontrado un inesperado aliado en la superficie. El césped despide sus servicios con botes bajos y endemoniados. Eso le permite respirar con desahogo para asaltar los juegos del contrario desde su reputado resto.

En 2012 ha salvado el 65% de las bolas de break y ha ganado el 85% de juegos al saque; en Wimbledon defiende el 81% y suma el 95% al servicio

Las estadísticas describen a un Ferrer desconocido, embrujado por la hierba. Si durante todo 2012 salva el 65% de las bolas de break a las que se enfrenta, en Wimbledon defiende el 81%. Si durante todo el curso gana el 85% de sus juegos al saque, en la catedral del tenis suma el 95%. Si en lo que va de año se apunta el 73% de los peloteos que lanza con su primer servicio, en Wimbledon se lleva el 78%. Hay una cosa aún más impresionante: en todas las estadísticas que recogen la eficacia al saque, Ferrer está como mínimo entre los tres mejores tenistas de los que aún juegan en Londres.

“Lo que ocurre”, cuenta el español, quien se lanza ahora la pelota de una forma diferente, con menos altura, intentando sortear las dificultades que le provoca una pequeña joroba en la espalda, “es que he entrenado más la concentración y la búsqueda de un buen porcentaje, en lugar de la fuerza. He evolucionado para tener más primeros servicios, con concentración, y eso en estas superficies es muy importante”.

“A la mayoría de jugadores, la hierba les ayuda con el servicio”, le prolonga el británico Andy Murray, vencedor por 7-5, 6-2 y 6-3 del croata Marin Cilic y el rival que separa (Canal+) al alicantino de ser el segundo español, con Nadal, que alcanza las semifinales de todos los grandes. “Normalmente, lo más difícil en césped, lo que complica más a todos los jugadores, es el movimiento. Vi un poco del partido de David contra Andy Roddick… y me pareció que se está moviendo mejor que en el pasado sobre hierba”.

Ante Del Potro, Ferrer se movió con la agilidad de una pantera. Defendió y atacó con una precisión espeluznante, casi robótica. La catapulta que impulsó esa exhibición, el trampolín que llevó al número cinco a ahogar al número nueve, que solo se apuntó ocho juegos, fue el saque. De que ese arma funcione dependen todas las opciones de Ferrer contra Murray, un fenomenal restador al que ha ganado sus dos últimos duelos (5-5 en el total). Si eso ocurre, el partido será a pecho descubierto. Entonces, el escocés se las tendrá que ver con el ritmo infernal que impone Ferru en cada duelo. Un castigo. Como dijo Del Potro: “Ferrer tuvo la respuesta correcta para todos mis tiros”.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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