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Menos llegada, más gol

El Barça de Vilanova, en busca de igualar el récord de 100 puntos en Liga, tira menos a puerta que el de Guardiola pero mejora el acierto respecto al año de los 99 puntos

Neymar se marcha de un jugador del Flamengo durante su último partido con el Santos, este pasado domingo.
Neymar se marcha de un jugador del Flamengo durante su último partido con el Santos, este pasado domingo. EVARISTO (AFP)

Tito Vilanova asomó en la escena y dejó una frase que debía condicionar toda la temporada, pero que se escuchó poco: “Perderemos todas las comparaciones con el pasado”, dijo, consciente de dónde venía el equipo. Resulta que desde entonces, el barcelonismo no deja de comparar, por injusto o necesario que resulte, así que a estas alturas —97 puntos a falta de la última jornada— parece imposible no mirar a la temporada 2009-2010 para buscar razones de por qué el Barcelona, en el primer año de Vilanova en el banquillo, está en condiciones de mejorar no solo la puntuación final, sino el registro goleador. Y, al tiempo, el porcentaje de acierto ante el gol alcanzado el año en que con Guardiola al frente el Barcelona sumó más puntos que nunca para ganar el título. Al tiempo, el equipo ha sido vulnerable como nunca, encajando este curso más goles que en los cinco años anteriores.

“Encajamos más goles pero también marcamos más”, se disculpó Piqué al justificar por qué este curso el Barcelona se ha mostrado más débil en defensa (39 tantos encajados en Liga). “Somos más verticales, es normal”, admiten en el cuerpo técnico, convencidos de que le han dado una vuelta de tuerca al equipo, tratando de mejorar las prestaciones, altísimas desde la salida. Suma y marca el Barcelona más que nunca (111 dianas en el campeonato liguero), aunque la sensación es que no juega tan fino, es más frágil en defensa y, además, los números demuestran que remata menos; eso sí, mejorando mucho el acierto. En ese sentido, el Barcelona parece cierto que se ha reinventado sin perder la idea.

Aunque más frágil en defensa, el equipo azulgrana acumula 111 tantos ligueros

El año que cantó el alirón después de sumar 99 puntos, el Barcelona marcó 91 goles, repartidos entre 13 jugadores. De los 34 de Messi al gol que celebraron Iniesta, Márquez, Thiago, Touré Yayá y Puyol (uno cada uno), Ibrahimovic firmó 16 y Pedro 12. El resto de futbolistas —Bojan (8), Keita (6), Henry (4) Xavi y Alves (3), Piqué y Jeffren (2)— se repartieron aciertos.

A la espera del resultado contra el Málaga, que debe decidir si es este el Barça que más puntos suma en la historia, las estadísticas goleadoras certifican que Messi (46 dianas) ha crecido ante el gol de tal manera que lo eclipsa todo, aunq ue a su estela, el gol se reparta más que antaño. Solo un jugador, Fàbregas, llega a las 10 dianas desde que empezó la Liga, pero 14 futbolistas han marcado al menos uno —Villa (9) Alexis (8), Tello (7) Adriano y Xavi (5), Alba, Piqué y Thiago (2), Puyol, Busquets y Song (1)—. Tres tantos han llegado por las desgracias de rivales, hasta alcanzar los 111 que lleva el equipo.

Neymar desequilibra como pocos y parece más habituado a la carrera que al toque

Si el Barcelona es más vertical, no lo parece. La estadística confirma la sensación de que el equipo remata menos, pero acierta más. Hace tres años, el Barça de Guardiola necesitó 593 remates (254 entre los tres palos) para sumar 98 goles; este año, le ha bastado con 517 (234 bien dirigidos) para celebrar 111 goles.

Enchufado como está el equipo desde que ganó el título —ha sumado nueve puntos en tres partidos— ni siquiera añora a Messi, y marca de dos en dos. En ese panorama, aparece Neymar como refuerzo para una delantera que ha dejado de ser un tridente, como el de Henry y Eto’o con Messi en la 2008-2009 (100 goles entre los tres, 38 de La Pulga más los 36 del camerunés y los 26 del francés). O apenas hace dos años, cuando Villa y Pedro marcaban terreno a la sombra del argentino, el año de Wembley, 2011, cuando Leo llegó a los 53, Villa anotó 23 y Pedro 22.

Neymar no es un goleador puro pero desequilibra como pocos y parece más habituado a la carrera que al toque. Así que garantiza transiciones como relámpagos y en el Barça confían en que auxilie a Messi con el gol.

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