Exaltación de Cristiano antes del derbi

Florentino Pérez rindió homenaje a Cristiano Ronaldo porque metió 323 goles oficiales igualando la marca de Raúl González como máximo artillero madridista. La celebración, vibrante y fugaz, se llevó a cabo este viernes al mediodía en el palco del Bernabéu y fue noticia porque el presidente de ACS, factótum del club más rico del planeta, solo celebra actos de exaltación de los futbolistas por motivos burocráticos: cuando los ficha, los despide o les renueva el contrato. Cristiano mereció la excepción y el acto sirvió para exhibir públicamente que entre el mandatario y la figura todavía existe una correcta relación profesional.

Los 323 goles mediaron entre la institución y el ídolo después de un verano tirante. Comenzó cuando Florentino Pérez despidió al entrenador, Carlo Ancelotti, contra el deseo expreso de Cristiano. Prosiguió cuando Jorge Mendes, el agente del futbolista, informó a su cliente de que el sucesor del técnico italiano, Rafa Benítez, había recibido órdenes directas del club para que tratara a Gareth Bale con las consideraciones de estrella principal. Se sucedieron las quejas. Hubo fricciones entre el goleador y Benítez, sin importar que las cámaras los estuvieran grabando en pleno entrenamiento. Cristiano se sintió desplazado. Todavía cree que Benítez quiere hacerle pagar el acomodo de Bale en un esquema hecho a la medida del británico. Su resquemor no se apagó ni el miércoles pasado, en la noche jubilosa en la que metió los dos goles que le valieron el récord. Al salir del estadio del Malmoe confesó que algo le pica: “A veces juego de punta. No es mi posición favorita pero a fuerza de insistir espero que me llegue a gustar algún día”.

Diez goles cuenta el portugués esta temporada y según los mete va sumando apoyos. El primero, Benítez, que ya confiesa abiertamente que es “el único indiscutible”, en contradicción con lo que apuntó en sus conferencias estivales, en donde dijo que no había una estrella hegemónica y lo mismo daba Cristiano que Bale e Isco. El último, el presidente en persona, que vive días de gran emoción, como siempre que el Madrid visita el Manzanares. La directiva espera que en el derbi del próximo domingo Benítez haga lo que no consiguió Ancelotti en las últimas dos campañas: derrotar al Atlético en su feudo y clavar una pica en la Liga.

En el Manchester hizo 118 goles y conquistó un promedio de 0,6 títulos por curso. En el Madrid logró 0,3 títulos por año con 323 goles

“Somos un club que aspira a conquistar imposibles”, dijo Florentino Pérez en su discurso de homenaje; “y lo somos gracias a gigantes como Cristiano”.

No se sabe exactamente a qué gestas inconcebibles se refirió el presidente. A ganar esta Liga seguramente que no, tal y como está el Barça de castigado por la FIFA, la UEFA, la Justicia y las lesiones. Más que ante una oportunidad dorada, el Madrid se encuentra ante un deber con su propia historia. Todos los mandatarios que acudieron al palco a agasajar a Cristiano saben que necesitan al goleador para conquistar un campeonato que solo han obtenido una vez en las últimas seis temporadas. Urge renovar el título. Al club y al propio Cristiano, que a sus 30 años observa con frustración cómo los récords inauditos de anotación y el promedio único de más de un tanto por partido no se reflejan en la vitrina que reserva a las dos grandes copas: la Copa de Europa y la Copa de la Liga.

En un periodo de seis años en el Manchester United, Cristiano hizo 118 goles y conquistó una Champions y tres Ligas; arrojando un promedio de 0,6 títulos principales por temporada. Con 323 goles como madridista en seis temporadas y media, Cristiano logró una Liga y una Champions, lo que se traduce en un promedio de 0.3 títulos grandes por temporada.

Raúl ha sido superado en los libros de estadística, pero no en otros aspectos esenciales. Con sus 323 goles el que fuera capitán del Madrid ganó seis Ligas y tres Champions a lo largo de 16 años de militancia en el club. Su promedio supera los 0,7 títulos importantes por temporada. Más del doble de eficacia que el nuevo récordman. Los tiempos de Raúl fueron más felices para el Bernabéu que los actuales.