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Crónica:Gran Premio de Canadá de Fórmula 1
Crónica
Texto informativo con interpretación

Kubica logra lo imposible

El polaco y Heidfeld dan el primer doblete a BMW mientras Hamilton embiste a Raikkonen y Alonso se estrella

La locura parece instalada en el Mundial de fórmula 1. Cada carrera se convierte en una hazaña, en un combate impredecible, en un camino de obstáculos. Las grandes escuderías sufren. Y las segundonas se mantienen a la espera de los errores de los demás para alcanzar cimas imposibles en condiciones normales. Eso fue lo que ayer ocurrió en el Gran Premio de Canadá. Robert Kubica logró una victoria imposible, se colocó líder del Mundial, e hizo realidad el sueño de su patrón, Mario Theissen, de situar al menos una vez a la escudería BMW Sauber en lo más alto del podio. La satisfacción del equipo alemán fue múltiple, puesto que la segunda posición de Nick Heidfeld les permitió su primer doblete.

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Hasta ayer, BMW no había pasado de la segunda posición y llevaba un palmarés de una pole y ocho podios en los 41 grandes premios que había disputado desde su debut en 2006. Pero en Montreal, todo el universo pareció ponerse de acuerdo para que lograran su objetivo. Kubica, tras una excelente cronometrada, partió segundo en la parrilla. Tenía muchas posibilidades de acabar en el podio, pero era muy difícil que hubiera conseguido la victoria de no ser por el accidente de la salida del pit lane cuando Lewis Hamilton -pole- embistió de forma imperdonable a Kimi Raikkonen, mientras esperaba que el semáforo de salida se pusiera verde.

Allí la carrera dio el primer vuelco. Y allí Kubica dio un paso de gigante hacia el triunfo. Hasta el accidente, la carrera había tomado ya un aspecto concreto que parecía llevar a una victoria contundente de Hamilton y su McLaren, y también a una buena posición de Fernando Alonso, que era quinto. Pero en la 14ª vuelta, ocurrió lo habitual en este circuito urbano: Sutil perdió el control y se estrelló contra la valla protectora. Aquello obligó a la salida del coche de seguridad y al posterior reagrupamiento de los coches. Cuando se abrió el pit lane, los vehículos que dominaban la carrera entraron en masa a repostar.

Hubo una explosión de tránsito. BMW y Ferrari realizaron mejor que nadie su trabajo, y Kubica y Raikkonen salieron los primeros. Pero el semáforo estaba aún en rojo y los dos monoplazas tuvieron que parar. Por detrás apareció un Hamilton enloquecido porque estaba perdiendo la primera posición, y con la mente en blanco ni siquiera se dio cuenta de que los demás estaban parados. Embistió a Raikkonen y quemó de una tacada su carrera, la del finlandés y la de Rosberg, que venía por detrás y tocó también a Hamilton. Como castigo, el próximo GP Hamilton y Rosberg serán penalizados con 10 puestos en la parrilla.

Para Kubica aquello fue un regalo, puesto que se había librado de sus peores rivales. "Debo darle las gracias a Lewis porque ha elegido a Kimi y no a mí", ironizó el polaco. Y también lo fue para Fernando Alonso que cogió paso detrás de Kubica y que podía aspirar incluso a ser segundo. Sin embargo, Kubica y Alonso quedaron relegados a la 11ª y 12ª posición, porque la mitad de la parrilla no había entrado aún a repostar. Y entonces se produjo una situación que arruinó por completo la carrera de Alonso: Heidfeld salió de su repostaje por delante del alemán y de él. A Kubica le duró una vuelta. Pero Alonso no pudo pasarle y fue terrible, no sólo porque le alejaba de Kubica sino porque necesitaba imperiosamente tiempo para su tercer repostaje y Heidfeld lo impedía.

Por eso, Alonso intentó adelantar a toda costa a Heidfeld. Y por eso en la 44ª vuelta pisó un piano que le llevó a perder el control de su coche. Acabó estrellándose contra un muro y estalló en el box. "El equipo cometió un grave error", afirmó Alonso. "No debíamos parar con el safety car y debíamos esperar a la vuelta 26ª. Cuando me dijeron desde el box que entrara, se lo repetí varias veces: '¿Estáis seguros?'. Tuve que parar a repostar y si no lo hubiéramos hecho habríamos ganado. Estoy seguro".

El freno de Heidfeld funcionó, porque cuando Kubica hizo su tercer repostaje tenía tiempo sobrado para regresar en el liderato. Heidfeld, con un solo repostaje, fue segundo, y Coulthard se subió al podio, dándose el mejor regalo de la temporada. Tras ellos entraron Glock y Massa. El brasileño fue víctima de un fallo en el mecanismo de la gasolina cuando entró en box y tuvo que regresar una vuelta más tarde para llenar el depósito. Aquello fue su ruina, y la base de una remontada espectacular.

Hamilton y Raikkonen abandonan sus coches tras el choque al salir de <i>boxes</i>.
Hamilton y Raikkonen abandonan sus coches tras el choque al salir de boxes.

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