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Valverde vence en los Pirineos el día que Froome entrega el Tour a Wiggins

El frenazo del británico en la última ascensión permite que el corredor español se haga con la victoria en el último día de Los Pirineos

Froome y Wiggins, en la meta de Peyragudes
Froome y Wiggins, en la meta de PeyragudesSTEPHANE MAHE (REUTERS)

Froome es el más fuerte y hoy se lo dijo a todo aquel que quiso oírlo. En las últimas rampas del Peyragudes, con Valverde extenuado y a tiro de piedra, dejó atrás a Wiggins, sin querer pero queriendo, mirando por encima del hombro a su líder porque es superior y lo sabe. Volvió a mirar a Wiggins, y entonces habló con él y paró, y esa sucesión de gestos lo dijo todo. La sumisión aparente fue en realidad una muestra del orgullo de sentirse superior y una humillación sobre Wiggins, porque Froome quiso que todos supieran que él es el mejor. Así que cumplió con la jerarquía (“el líder este año es Wiggins”, dijo la primera semana) pero gritó que nunca más. De paso, el día más insospechado ganó Valverde porque atacó y atacó hasta la victoria final y porque Froome se rebeló sin consumar la traición a la jerarquía.

El episodio de Peyragudes, reedición del episodio del pinganillo de la etapa de La Toussuire, fue más humillante para Wiggins porque dio la impresión de que Froome ya no obedecía órdenes, sino que paraba porque quería, en un gesto de magnanimidad hacia el líder que podría derrocar. No lo hago, dijo ante todos, porque no quiero. Y no lo hizo, pero mostró su orgullo enorme. En la meta, rendido, reponiendo fuerzas, Wiggins se mostró como un campeón menor al que alguien le ha entregado la corona en bandeja de plata y sin haberla ganado en la batalla. “Me basta con ganar el Tour con un solo segundo de diferencia”, dijo ante las cámaras. Y explicó lo que había ocurrido en las últimas rampas que podían cambiar en algo la composición del podio: “Me encontraba muy bien, pero perdí la concentración y pasaron muchas cosas por mi cabeza”.

Clasificaciones

17ª etapa:

1. Alejandro Valverde (Esp./Movistar), 4h 12m 11s

2. Chris Froome (G.B./Sky), a 19s

3. Bradley Wiggins (G.B./Sky), m.t.

4. Thibaut Pinot (Fra/FDJ), a 22s

5. Pierre Rolland (Fra/Europcar), a 26s

6. Jurgen Van den Broeck (Bel./Lotto), a 26s

7. Vincenzo Nibali (Ita./Liquigas), a 37s

8. Tejay Van Garderen (EE UU/BMC), a 54s

General:

1. Bradley Wiggins (G.B./Sky), 78h 28m 2s

2. Chris Froome (G.B./Sky), a 2m 5s

3. Vincenzo Nibali (Ita./Liquigas), a 2m 41s

4. Jurgen Van den Broeck (Bel./Lotto), a 5m 53s

5. Tejay Van Garderen (EE UU/ BMC), a 8m 30s

6. Cadel Evans (Aus./BMC), a 9m 57s

7. Haimar Zubeldia (Esp./RadioShack), a 10m 11s

Por detrás de Wiggins y Froome, nada pasó. Igual que Froome mostró ante todos que puede y no quiere, Nibali y Liquigas mostraron que querían pero no podían. Liquigas controló la carrera, todo el día a la cabeza del pelotón, para hundirse en las rampas del Peyragudes. Y con el equipo cayó su líder, que amagó pero no dio en Balés, y que no hizo nada en el último puerto de la jornada ni en la que se supone su especialidad, la bajada. Así que todos los focos se los llevó Valverde, hasta que Froome pidió paso.

El vencedor en la última jornada de montaña del Tour, la que todos esperaban como la última oportunidad (para ganar una etapa, para ganar el maillot de la montaña, para mover el podio no, esto ya no lo espera casi nadie) fue Valverde porque, como Froome, él sí sabía de sus posibilidades. Las calibró hasta tal punto de que exprimió hasta su última gota de sudor y hasta el último segundo de su ventaja, que se esfumó en los dos últimos kilómetros. “En los Alpes y en los Pirineos solo habrá una llegada en alto en cada una, y no parece que se vayan a producir muchas diferencias. Es un ciclismo más igualado que el de antes. Atacar de lejos es ahora una locura, una aventura difícil de llevar a buen puerto. Cada uno nos conocemos y sabemos nuestras posibilidades”, dijo el corredor murciano el último día de junio, en un artículo publicado en EL PAÍS.

Resulta que Valverde culminó la aventura porque abrazó la locura y se pasó el día escapado, con unos y con otros y finalmente solo. Bendita locura que le llevó a la gloria que olvidada por los dos años que pasó sancionado, hasta enero de este año. Tres se ha pasado alejado del Tour y por eso lloró en la meta, con la voz entrecortada, aún sin resuello. “Esto es algo que no se puede explicar”, contó, mientras lo decía todo con las lágrimas. Valverde no pudo explicar su victoria porque quizá aún no sabía que había ganado por loco y porque Froome, otra vez él, había perdonado a su líder, Wiggins.

Prólogo: Las variaciones Cancellara

Primera etapa: Los domingos generosos

Segunda etapa: Contra la melancolía, Cavendish

Tercera etapa: La construcción del personaje Sagan

Cuarta etapa: ¿Será Greipel el bosón de Higgs?

Quinta etapa: Y una montaña en San Quintín

Sexta etapa: Una guerra de guerrillas

Séptima etapa: El 'nuevo ciclismo' toma el poder

Octava etapa: Wiggins y sus 'enemigos'

Novena etapa: Wiggins, un Indurain muy locuaz

Décima etapa: Los maquis del Grand Colombier

Undécima etapa: Cuando el segundo es mejor que el primero

Duodécima etapa: Pedaleando en la luz

Decimotercera etapa: 14 de julio en Sète con Wiggins

Decimocuarta etapa: Luis León, la memoria genética y el instinto

Decimoquinta etapa: Una victoria sobre una garrapata

Decimosexta etapa: Wiggins, en su burbuja

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