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La pasión tensa del Atlético de Madrid en Leverkusen

Schmidt, técnico del Bayer, y Simeone, que debe decidir entre Oblak y Moyá y Torres o Gameiro, apelan a lo emocional ante un duelo que se prevé de alto voltaje

Ladislao J. Moñino
Griezmann, durante el entrenamiento en Leverkusen.
Griezmann, durante el entrenamiento en Leverkusen.PATRIK STOLLARZ (AFP)

El cielo plomizo de Leverkusen marida con las columnas de humo blanquecino que desprenden las chimeneas de la industria farmacéutica que alimenta a la ciudad. Allí, en la mini olla a presión que será esta noche el Bay Arena, se ejercitó el Atlético de Madrid bajo una fina manta de agua. La misma que se espera para hoy. Como hace tres días en Gijón, al Atlético le aguarda un campo rápido, una hinchada de rugido fabril forjada en la cuenca Rin-Ruhr y un equipo tan entusiasta como trufado de novatos talentosos. Karver o Kampl, y otros más curtidos, pero sin ser veteranos como los extremos Brandt y Bellaraby y el goleador Chicharito componen uno esos equipos bonitos de ver en ataque. El cañón y cerebro Çalhanoglou, sancionado por la FIFA por incumplimiento de contrato, es su gran ausencia.

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De las declaraciones de uno y otro entrenador se desprende un duelo pasional, de mucho voltaje. “Si es por la experiencia estoy seguro de que no vamos a ganar, no venceremos, pero sí podemos hacerlo si jugamos con pasión y corazón, que es lo que nos caracteriza”, advertía al mediodía el entrenador del Leverkusen, Roger Schmidt. A ese discurso emocional respondió Simeone por la tarde. Fue como si el técnico argentino tratara de impedir que su equipo pierda una batalla muy suya. “Muchas veces el talento es importante, pero el corazón y la ilusión tienen más lugar en el futbol”, aseveró. “Nos vamos a encontrar un equipo que despliega lo que pide su entrenador, corazón, pasión, mucha intensidad, es uno de los rivales más intensos contra los que hemos jugado. Nos encontraremos dos equipos que tienen esa capacidad. Me imagino también un equipo replegado que tratará de sorprendernos cuando dejemos espacios”, abundó El Cholo.

A los muchachos de Simeone se les vio relajados sobre la húmeda hierba. Se castigaban con tobitas en las orejas en los rondos mientras Simeone, concentrado, seguía con la mirada afilada a sus futbolistas. El técnico tiene entre manos dos decisiones delicadas que afectan directamente al espinazo central de un equipo: el portero y el delantero. No quiso El Cholo adelantar si optará por Oblak, ya con el alta médica o Moyá, y por Torres o Gameiro. El doctor le dio el alta a Oblak, que la semana pasada empezó a entrenarse a diario con el grupo, incluso en partidos con el campo reducido. Está para jugar, pero cuando se acerque el partido decidiremos quién juega y quién no”, zanjó.

Decisión delicada

La decisión de alinear a Oblak es compleja, más allá de hacerle reaparecer en una cita de altura como esta, pero no es tan escabrosa y delicada como la de tener que elegir al delantero que acompañe a Griezmann. El meta esloveno es el portero titular. No emerge en el mismo escenario que cuando Simeone le hizo debutar en Atenas hace dos temporadas y encajó tres goles en tres disparos. Nadie discute ahora que Oblak es el número uno consolidado de la portería rojiblanca.

La elección entre Fernando Torres o Gameiro sí contiene aristas que miden la piel fina de uno y otro. De la mano de Torres el Atlético ha resurgido en las últimas semanas. Él lideró esa segunda parte contra el Barcelona en la ida de las semifinales de la Copa que ha impulsado al equipo en los últimos partidos. También ha respondido con goles, pero el hat-trick de Gameiro en Gijón pesa. Simeone tiene que decidir si aplica la fórmula del desgaste con Torres desde el inicio e intenta matar el choque con la velocidad de Gameiro como hizo en El Molinón. “Siempre es bueno que los delanteros puedan marcar, las características de uno y otro son diferentes. Elegimos siempre viendo el partido que tenemos por delante más los momentos individuales de cada uno. Según el partido, uno estará fuera y otro entrara”.

Eliminado de la Copa y distanciado del liderato en la Liga, la Copa de Europa es la bala más realista que le queda al Atlético para tratar de alzarse con un título este curso. Necesita confirmar esa mejoría de los últimos choques y progresar hacia ese equipo sólido que fue: “Seguimos en la línea de terminar de encontrarnos definitivamente en el juego, intentando mejorar en la regularidad, de encontrar los caminos que nos hagan sentir mejor en el campo. Estos partidos se resuelven desde la contundencia”, asegura Simeone, que también advierte: “En este inicio de 2017, comparado con el final de 2016 hemos crecido, a partir de eso, tenemos mucho margen de mejora y ojalá lo entendamos así porque ahí estará el salto de calidad”.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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