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Reportaje:FÚTBOL | Semana de clásicos

"La crisis llega antes de tiempo"

El Barça considera que la herencia del pasado y la lesión de Ronaldinho hipotecan sus resultados

La goleada sufrida en Málaga ha sacudido por vez primera la estructura deportiva del Barcelona presidido por Joan Laporta. La directiva se remite a la plantilla heredada de la anterior junta como una hipoteca tan difícil de afrontar que no descarta que se repitan resultados de una severidad parecida: 5-1. "La única sorpresa es que la crisis ha llegado antes de tiempo", coincidieron en afirmar ayer desde los órganos de gobierno del club mientras Laporta, a coro con su homólogo del Madrid, Florentino Pérez, proclamaba: "El resultado de Málaga es un accidente, como lo fue el del Real en Sevilla".

Los futbolistas no saben o no contestan, acostumbrados a ser el blanco de la crítica y a delegar en Ronaldinho, que se siente tan querido y añorado que, pese a no estar convocado por lesión, no descarta disputar el gran clásico contra el criterio de los médicos y el sentido común. Y Frank Rijkaard, el entrenador, en otra decisión que evocará el ascendiente de Johan Cruyff, concentró al equipo en El Muntanyà, santuario espiritual del dream team, al que hoy acudirá también la cúpula directiva, con el presidente al frente, para almorzar con él, aunque, para Laporta, la situación no es tan grave para intervenir: "Las medidas que tomen los técnicos serán bien recibidas".

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Rijkaard lleva dos partidos seguidos en campo contrario repitiendo: "Nos equivocamos". No da con la tecla desde la lesión de Ronaldinho, confunde con sus alineaciones, cuesta seguirle el hilo en sus planteamientos y se le acusa de no saber gestionar el material disponible, que, aun siendo deficitario o estar descompensado, da cuanto menos para jugar mejor en Vila-rreal y Málaga. A la que ha perdido a Ronaldinho -dos derrotas, un empate y una victoria- el Barça se ha quedado ciego ante la portería rival y en el primer partido sin Puyol ha concedido cinco goles, circunstancia que compromete el laboro del preparador -se le recrimina que el equipo no está trabajado- y agranda el protagonismo del capitán y el brasileño.

En tanto que su valedor, el presidente responde a las dudas sobre Rijkaard con una declaración de principios: cumplirá su contrato de dos años más dos opcionales. Laporta prefirió la disponibilidad de Rijkaard a renegociar con Guus Hiddink, que pedía un millón de euros, o Ronald Koeman, por el que el Ajax exigía una compensación económica. La contratación del ex seleccionador holandés reforzó el poder del secretario técnico, Txiki Begiristain, que ayer acudió al vestuario para hablar de fútbol con Rijkaard, como sucede habitualmente, con naturalidad.

El fichaje de Rijkaard generó en el club el mismo debate que el de Ronaldinho. Un sector del mando suspiraba por hacerse con el brasileño a cualquier precio mientras otro apostaba por diversificar la inversión en tres jugadores que ayudaran a recomponer el equipo. Al final, se impuso la apuesta del vicepresidente Sandro Rosell, amigo del futbolista, que le ganó en la puja al Manchester United.

Ronaldinho le ha venido como anillo al dedo a una directiva que gobierna pendiente del eco mediático de sus gestos. Su impacto sobre el juego del conjunto y la hinchada ha sido tan benigno que nadie discute a sus protectores: la primera crisis ha llegado cuando Ronaldinho ha estado lesionado, de modo que, a día de hoy, no hay mejor paraguas que el brasileño. Aun siendo cierto, quienes defendían la incorporación de un central, un medio defensivo y un ariete antes que la de un media punta sostienen que, de haberles hecho caso, el equipo transitaría por la Liga de forma más fiable.

Una cosa no parece incompatible con la otra. La renovación del equipo es una tarea a medio y largo plazo por la situación contractual de los jugadores y la falta de dinero, pero el objetivo marcado por la junta es innegociable: la clasificación para la Champions y la disputa de un título. "Un propósito que entendíamos llevadero y que, sin embargo, puede ser costoso porque pensábamos que la necesidad de renovar la plantilla no se haría evidente tan pronto", expresan fuentes de la junta. "Después de acelerarse, conviene que no sea galopante". De momento, alcanza con remitirse a la lesión de Ronaldinho y a la herencia de Gaspart.

Ronaldinho, ayer, en los servicios médicos del Barcelona.
Ronaldinho, ayer, en los servicios médicos del Barcelona.EFE

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